El autismo es una condición neurológica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por dificultades en la comunicación verbal y no verbal, dificultades en la interacción social y patrones de comportamiento repetitivos o restrictivos. El autismo se manifiesta de manera diferente en cada individuo, lo que lo convierte en un trastorno altamente heterogéneo.
En este artículo trataremos diferentes aspectos del autismo, desde sus causas hasta los métodos de diagnóstico y las opciones de tratamiento disponibles. También examinaremos cómo el autismo puede afectar la vida de las personas y cómo se puede brindar apoyo a aquellos que viven con esta condición.
Descripción
En la actualidad no se ha podido determinar la causa por la cual aparece el autismo o Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), sí que se conoce que existe una fuerte implicación genética en su origen, pero por el momento no se encuentra claramente los elementos del porqué ocurre esto en algunas personas.
Este produce algunas alteraciones en áreas como el lenguaje y la comunicación y en el campo de la convivencia social. Suele iniciarse en los niños menores de tres años. Encontrarán más información de su etiología en la web Confederación Autismo España.
Causas
Como hemos dicho anteriormente, aún no se ha podido saber las causas por las cuales se produce el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) y es necesario destacar que se han de hacer más investigaciones al respecto, ya que no es posible la identificación con las tecnologías y pruebas que hay disponibles en la actualidad.
La investigación actual sugiere que el autismo es causado por una combinación de factores genéticos y ambientales:
- Factores genéticos: Los estudios han identificado ciertos genes que pueden aumentar el riesgo de autismo. Sin embargo, no hay un solo gen responsable del autismo, sino que se cree que es una combinación de múltiples genes que interactúan entre sí.
- Factores ambientales: Además de los factores genéticos, se ha investigado el papel de los factores ambientales en el desarrollo del autismo. Algunos estudios sugieren que la exposición prenatal a ciertos factores ambientales, como la contaminación del aire, ciertos pesticidas o infecciones maternas, puede aumentar el riesgo de autismo en algunos casos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos factores ambientales no son la causa única del autismo y que no todas las personas expuestas a ellos desarrollarán el trastorno.
- Interacción entre genes y ambiente: Existe una creciente comprensión de que los factores genéticos y ambientales interactúan entre sí en el desarrollo del autismo. Algunas personas pueden tener una predisposición genética al autismo, pero solo desarrollarán el trastorno si están expuestas a ciertos factores ambientales. Esta interacción compleja hace que el estudio de las causas del autismo sea un desafío.
Es importante destacar que el autismo no es causado por factores psicológicos o por la forma en que los padres crían a sus hijos. El autismo es un trastorno neurológico que tiene bases biológicas y no es el resultado de ninguna acción o falta de acción de los padres.
Epidemiología
Las cifras de algunos estudios epidemiológicos que se realizados en Europa, indican una prevalencia de aproximadamente 1 caso de TEA por cada 100 nacimientos (Autism-Europe aisbl 2015). En estudios realizados en EEUU- CDC, 2012- los datos son de 1 por cada 88.
Según datos de National Association of Special Educational Needs (2016), los casos de TEA son cuatro veces más en el caso de los hombres que en las mujeres, sin embargo, en la actualidad estos datos se están cuestionando porque en algunos casos se retrasa el diagnóstico.
Síntomas o señales de alerta
Cada caso es diferente, pero existe una serie de señales que ayudan a identificar su detección. Algunas señales se dan entre los 12, 18 y 24 meses de edad. En caso de duda, se aconseja que sean evaluados por un especialista con el fin de poder dar un diagnóstico más fiable.
Algunos de estos síntomas que pueden indicar un TEA variarán en la edad, pueden ser estos, entre otros (datos de la Confederación Autismo):
- No mantiene un contacto ocular.
- Se le nota una falta de interés en los juegos.
- No balbucea y no hace gestos para comunicarse.
- No responde a su nombre, ni mira hacia donde otros señalan.
- No dice palabras sencillas, tiene un retraso en el lenguaje.
- Muestra una falta de interés hacia otros niños.
El autista generalmente observa el mundo físico con una intensidad no habitual. La realidad que percibe puede ser placentera o infeliz, pero no puede compartir las sensaciones que percibe con sus semejantes. El niño con TEA suele evitar el movimiento anticipativo de los brazos que suelen hacer los niños cuando van a cogerles. En ocasiones evitan las caricias y el contacto corporal, aunque puede que lo busquen y deseen, como si esta fuera su forma de comunicación con las personas que consideran extrañas. A menudo ven a las personas como objetos y los tratan como tal.
Ya desde la guardería se suelen evadir de la interacción social que establecen los niños entre sí, no comparten los intereses de la mayoría y sus acciones no parecen tener un objetivo o este objetivo cambia constantemente.
Un niño con TEA le resulta muy difícil aceptar una negativa y tolera muy mal la frustración. La imposición de normas le genera una gran ansiedad y funciona como elemento potenciador de una conducta hiperactiva. Aprende con enorme facilidad conductas manipuladoras para conseguir sus objetivos.
La mirada del autista suele prescindir de la mirada de las otras personas, como si la mirada directa careciera de contenido comunicativo. En otras ocasiones la mirada es fría, pero debemos descartar la idea que el autista nunca mira a los ojos. La forma de mirar es uno de los elementos que contribuyen a dar a su cara un aspecto inexpresivo. Ni la expresión de su cara ni su conducta nos dará una pista de lo que piensa, de lo que ocurre en su interior.
Una característica que se da con mucha frecuencia es la ignorancia del peligro; un niño normal aprende de sus padres que se puede hacer daño y lo que tiene que hacer para evitarlo, pero el niño con TEA suele tener un concepto distinto del sentido de autoprotección.
Lenguaje
El retraso en el lenguaje es el motivo más frecuente de consulta médica; si a los dos años no se ha iniciado el lenguaje es necesario valorar su conducta social. En muchas ocasiones sustituyen el lenguaje por una jerga muy elaborada que puede parecer una imitación del lenguaje de los adultos, pero que está desprovista de cualquier contenido semántico.
Dentro de la jerga que utilizan, en ocasiones aparece una palabra o frase sofisticada, pero totalmente fuera de contexto. Otra característica del lenguaje es la ecolalia (trastorno caracterizado por la repetición desordenada de frases o palabras que tienden a invadir todo el discurso) y la ausencia de interlocutor durante las largas conversaciones que pueden acompañar a los juegos infantiles; discursos vacíos de contenido, pero con cuidada entonación como si fueran perfectamente elaborados.
En el lenguaje suele haber falta de gesticulación o de expresión facial, o esta está disociada de la comunicación; por el contrario, puede utilizar el gesto para dirigir el adulto hacia su fin, pero como si el adulto fuera un objeto más utilizado para satisfacer.
Patrones de conducta
La conducta de un niño con TEA puede tener un carácter obsesivo por mostrar un interés excesivo por determinados objetos o actividades. El autista puede mostrar una auténtica fijación por un objeto, por su color, olor, textura, movimiento y lo considera como algo que le pertenece, por lo que sentirá gran frustración si no lo consigue.
En otras ocasiones sucede que no acepta un cambio de rutina, se siente seguro cuando existe un orden donde los sucesos son predecibles y lo inesperado lo toman como amenazante. Esta obsesión por el orden puede conducir a conductas ritualistas, repetitivas.
Alrededor del 10% de las personas autistas tienen habilidades especiales, tienen una capacidad que se considera sobresaliente. Con frecuencia estas destrezas son especiales por naturaleza, como los talentos especiales para la música y el arte. Otra destreza común es la capacidad matemática: algunas personas autistas pueden multiplicar cifras grandes mentalmente en un lapso corto de tiempo; otros pueden determinar el día de la semana al darles una fecha específica de la historia, etc.
Diagnóstico
La detección de los primeros signos de TEA antes del primer año de edad podría ayudar al niño y a su familia a mejorar su capacidad de adaptación y a mejorar la evolución del paciente.
Para detectar si existe TEA, se debe llevar a cabo una valoración de un equipo experto donde profesionales de la salud a través de evaluaciones y análisis pueden llegar a dar un dictamen más verídico, para ello se cuenta con médicos, psicólogos, logopedas, psicomotricistas, entre otros.
Tratamiento
No existe un tratamiento estándar universalmente aceptado para el autismo; de hecho, cada método tiene sus detractores.
Hay una serie de normas básicas que sería importante seguir:
- El programa de tratamiento debe estar guiado y precedido de una evaluación rigurosa.
- Programa elaborado con base en las posibilidades del niño, teniendo muy en cuenta sus habilidades o puntos fuertes: habilidades de tipo mecánicas, espaciales, de relación y asociación.
- Crear un entorno agradable.
- Enseñar el valor de la comunicación.
- Las labores, a ser posible, deben ser diarias, intensivas, generalizadas a todos los contextos.
- Intervenciones individualizadas y en grupo.
- Activa colaboración entre los padres y los terapeutas, con activa colaboración entre los participantes.
- Promover habilidades de aprendizaje funcional, habilidades de comunicación expresiva.
- Dar especial importancia a los sistemas de comunicación alternativa, incorporando tanto las habilidades verbales como los apoyos visuales.
- Motivar la interacción con otros niños y establecer intereses en los niños para un adecuado desarrollo de las habilidades de juego, habilidades psicomotoras finas y gruesas.
- Establecer rutinas positivas y habilidades de tipo funcional para poder realizar las actividades de la vida diaria.
Es importante destacar que el autismo no define a una persona y que cada individuo tiene sus propias fortalezas y desafíos. A través de una mayor comprensión y conciencia del autismo, podemos trabajar juntos para crear un entorno inclusivo y apoyar a las personas con autismo en su camino hacia una vida plena y significativa.
Tipos de autismo más comunes
Algunos de los tipos de autismo más comunes incluyen el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
Sn embargo, es importante recordar que el autismo es altamente heterogéneo y pude presentarse de manera única en cada individuo.
Asociaciones
Chaste P, Leboyer M, 2012, Autism risk factors: genes, environment, and gene-environment interactions, Dialogues Clin Neurosci, 10.31887/DCNS.2012.14.3/pchaste, https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23226953/
Johnson CP, Myers SM, 2007, Identification and evaluation of children with autism spectrum disorders, Academy of Pediatrics Council on Children With Disabilities, 10.1542/peds.2007-2361, https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17967920/
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Autor(es): Luis Maita, Obra: Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/enfermedades/enfermedades-neurologicas/trastorno-del-espectro-del-autismo-tea
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