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Un total de 4,32 millones de personas de seis o más años tenía algún tipo de discapacidad en España en 2020, un 14% más que en 2008. De ellas, 2,55 millones eran mujeres y un 1,77, hombres, siendo los problemas de movilidad el tipo de discapacidad más frecuente.
La discapacidad en España
La Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD) del Instituto Nacional de Estadística (INE) ha sacado sus principales conclusiones cuyos resultados fueron presentados el pasado martes en la sede de este organismo en Madrid en un acto en el que participaron el director general de Derechos de las Personas con Discapacidad, Jesús Martín Blanco; el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), Luis Cayo Pérez Bueno; el presidente del INE, Juan Manuel Rodríguez Póo; y su subdirectora general de Estadísticas Sociales Sectoriales, Margarita García.
La encuesta, la cuarta de este tipo que el INE ha elaborado en los últimos 30 años, pone de manifiesto que un total de 4,32 millones de personas de seis o más años tenía algún tipo de discapacidad en 2020, un 14% más que en el anterior sondeo, que data de 2008.
En ese sentido, el director del INE se comprometió a “potenciar y mejorar” estadísticas de índole social del organismo que preside, a pesar de que España, junto con Francia e Italia, son países pioneros en el desarrollo de este tipo de muestras.
Del total de personas con discapacidad, 2,55 millones eran mujeres (un 11,9% más) y 1,77 millones, hombres (un 17,1% más). La tasa de discapacidad se situó en 81,2 por mil entre los hombres, y en 112 por mil entre las mujeres, un 11,8% y un 5,4% más que en 2008, respectivamente.
Por grupos de edad, las tasas de discapacidad fueron superiores en los hombres hasta los 34 años y en las mujeres a partir de los 35, habiéndose registrado la diferencia más acusada por sexo a partir de los 70.
El único grupo de edad en el que aumentó significativamente la tasa de discapacidad respecto a 2008 fue en la franja comprendida entre 6 y 24 años, mientras que los mayores descensos tuvieron lugar entre quienes tienen de 35 a 44 años y de 70 a 74 años.
Tipo de discapacidad
Los problemas de movilidad fueron el tipo de discapacidad más frecuente, con una tasa de 54 por mil habitantes, siendo este guarismo superior entre las mujeres (68,5) que entre los hombres (38,9), algo que se repitió en el resto de tipos de discapacidad: vida doméstica (57,8 vs 31,8), autocuidado (38 vs 22,9), audición (31 vs 24,1), visión (28,6 vs 18,4), comunicación (23,7 vs 18,7), aprendizaje (18,2 vs 13,4) e interacciones y relaciones personales (13,8 vs 13,5).
A su vez, el 55,7% de las personas con discapacidad presentaron dificultades importantes en la movilidad, el 46,5% tenía problemas relacionados con la vida doméstica y el 31,6%, con el cuidado personal. Estos guarismos ascendieron al 65,1%, 64,5% y 48,5%, respectivamente, entre quienes tenían 80 y más años.
Del mismo modo, un total de 2,4 millones de personas indicaron tener el máximo grado de severidad en algún tipo de discapacidad cuando no reciben ayudas, 1,5 millones eran mujeres y 900.000 mujeres. Las dificultades en la realización de las tareas domésticas (63,1%), los problemas de movilidad (62,7%) y el autocuidado (61,9%) presentaron mayor severidad.
El número de personas que recibían algún tipo de ayuda técnica, personal o ambas era de 3,3 millones. Las mujeres accedieron proporcionalmente a más ayudas: el 78,2% frente al 71,8% de los hombres.
Por tipo de discapacidad, las personas con dificultades para el autocuidado y para realizar las tareas de la vida domésticas fueron quienes más ayuda recibieron (nueve de cada diez), seguidas de las personas con dificultades de aprendizaje (ocho de cada diez).
Un total de 1,3 millones de personas tienen el máximo grado de severidad cuando reciben ayudas. De ellas, 851.200 eran mujeres y 458.000, hombres.
Cuidadores
Casi la mitad de las personas de seis o más años con discapacidad señalaron recibir cuidados o asistencia personal. Un 24,6% era atendido únicamente por personas residentes en su hogar, un 12,1% por personas no residentes y un 13% por ambos.
El 63,7% de estos cuidadores eran mujeres, siendo los perfiles más frecuentes los de mujer entre 45 y 64 años (41%) y hombres de ese mismo rango de edad (20,7%). El 49,7% de las personas recibían estos cuidados señalaron ser atendidos durante ocho o más horas diarias.
Entre las personas de seis a 44 años que recibieron cuidados, la figura de su cuidador principal fue alguno de sus progenitores para el 69,8% de ellos: el 59,3% la madre y el 10,5% el padre; para el 48,1% de quienes tienen entre 45 y 79 años lo fue el cónyuge o la pareja; y para el 59,1% de 80 y más años los hijos (41,1% una hija y 18% un hijo).
Estos datos permitieron atestiguar a Luis Cayo Pérez Bueno que “la discapacidad tiene rostro de mujer, tanto en personas con discapacidad como en cuidadoras”, lo que le llevó a conminar a las autoridades a que reviertan esta realidad.
Educación y empleo
El 99,5% de los menores de 6 a 15 años con discapacidad se encontraban escolarizados en el momento de la entrevista. El 58,7% de ellos lo estaba en un centro ordinario recibiendo apoyos personalizados, el 20,8% lo estaba en un centro ordinario sin recibir ningún tipo de apoyo personalizado y el 19,3% se encontraba en un centro de educación especial.
Respecto a las adaptaciones curriculares o apoyos para la inclusión educativa, el 52,1% de estos chavales recibieron apoyos y adaptaciones satisfactoriamente, un 24,2% los recibieron pero no fueron suficientes y un 11,1% los necesitaban y no los recibieron.
El 16,3% de los menores con problemas de audición y el 12,7% de los que tenían dificultades de aprendizaje declararon necesitar adaptaciones curriculares y no los recibieron.
En lo concerniente a las adaptaciones necesarias en la clase o centro de estudios debido a la discapacidad, seis de cada diez menores no necesitaron ninguna adaptación, mientras que el resto sí los requirió, habiéndola recibido únicamente el 28,4%.
Por su parte, un total de 1,58 millones de personas con discapacidad estaban en 2020 en edad de trabajar, 765.500 de los cuales eran hombres y 818.200, mujeres. De ellos 369.000 (casi uno de cada cuatro) indicó estar trabajando: el 23,7% hombres y 23,5% mujeres.
Por tipo de discapacidad y sexo, los problemas de audición y los de movilidad fueron los más frecuentes entre los hombres ocupados, con el 37,9% y el 25,7%, respectivamente; mientras que entre las mujeres predominaron los problemas de movilidad (37,2%) y los de visión (31%).
El 88% de los ocupados con discapacidad eran asalariados y el 10,6% trabajadores por cuenta propia; el 73,2% tenían un contrato indefinido y el 76,3% realizaba jornada completa. El 30,4% tenía ocupaciones elementales (34% mujeres y 26% hombres), el 17,5% desempeñaba puestos técnicos y el 15,9% de ellos eran administrativos.
Accesibilidad
El 34% de las personas con discapacidad (1,4 millones) manifestaron tener dificultades para desenvolverse con normalidad en su vivienda o en los accesos o interior de su edificio, siendo las mujeres quienes indicaron tener más problemas (38%) que los hombres (28,4%), especialmente aquellas de más edad. El principal problema estribaba en el portal del edificio, escaleras y garaje (24,6%).
Un total de 1,5 millones de personas expresó que tenía problemas para desenvolverse en edificios públicos o en el entorno urbano más próximo, el 42,2% de las cuales tenía más de 80 años, mientras que el 43,8% experimentó dificultades en el transporte, tanto público como privado.
El 39,4% de las personas con discapacidad tuvo condicionado su acceso a las nuevas tecnologías (41,1% mujeres y 37% hombres), una dificultad que aumentó con la edad.
En uno de cada cinco hogares españoles (el 20,5% del total) residía al menos una persona con discapacidad en 2020. En más de un millón de estos hogares lo hacía una persona con discapacidad sola, mientras que en alrededor de 270.000 todos los habitantes tenían discapacidad.
Discriminación
En el ámbito escolar, cuatro de cada diez niños con entre 6 y 15 años declararon haberse sentido discriminados, el 24,6% de ellos alguna vez, el 9,8% muchas veces y el 4,5% constantemente.
Entre los mayores de 16 años con discapacidad que realizaron algún tipo de estudio en 2020, la percepción de discriminación afectó a dos de cada diez. El 12,9% de ellos se sintió discriminado en alguna ocasión, el 3,9% muchas veces y el 0,7% constantemente.
En lo laboral, nueve de cada diez personas con discapacidad subrayaron no haberse sentido discriminados frente al 1,2% que comentó haber sufrido discriminación constantemente.
Las personas cuya discapacidad afectaba a las interacciones y relaciones personales fueron las que más declararon sentir situaciones de discriminación, tanto en lo escolar como en lo laboral.
Comunidades Autónomas
Las mayores tasas de discapacidad de personas de seis y más años por cada mil habitantes en 2020 correspondieron a Galicia (116,5), Canarias (115) y Castilla-La Mancha (111,4), mientras que las más bajas se dieron en Baleares (79), Navarra (79,6) y Madrid (80,7).
Por último, un total de 65.900 menores con edades comprendidas entre dos y cinco años presentaron algún tipo de limitación, lo que supuso una tasa de 39,6 por cada mil. Por sexo, la incidencia fue superior en niños (50,3 por cada mil) que niñas (28,2). Los problemas de comunicación fueron la limitación más frecuente, afectando a 37,3 de cada mil niños y a 17,9 de cada mil niñas. En este grupo, en el 84,6% de los casos el cuidador principal era la madre y en el 11,3% el padre.
Estas cifras fueron presentadas por Jesús Martín Blanco como “una foto nítida de la realidad de muchas personas” con discapacidad que servirá de base para poner en marcha “políticas públicas a partir de datos precisos y no de suposiciones”.
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