· Doctoralia
Agosto es el mes por excelencia en que más sufren los ojos y oídos, debido a los planes de ocio en piscina, los baños en el mar, las excursiones al río. Durante estas semanas, la exposición al sol o el contacto con el agua se convierten en algo habitual para muchos. Todas estas rutinas, sin embargo, presentan algunos riesgos típicos para nuestros ojos y oídos, que conviene tener en consideración, por mucho que el cuidado del cabello y la piel sea lo que más nos preocupe en esta época.
Quemaduras, irritaciones y sequedad en los ojos
Es ampliamente conocido que la exposición solar produce quemaduras en la piel, pero, estas quemaduras también pueden producirse en los ojos. “Es lo que conocemos como fotoqueratitis, y pueden llegar a ser muy peligrosas y conllevar la pérdida de la visión” explica la Dra. Isabel Pascual, oftalmóloga y miembro de Doctoralia, y añade que “para evitar que el sol afecte a la retina y pueda producir una pérdida de visión importante, debemos utilizar unas buenas gafas, homologadas con marcado CE (Conformidad Europea)”.
Otro de los aspectos que se deben tener en cuenta, son los agentes irritantes. “El cloro de las piscinas, la sal de las playas o la contaminación del agua, pueden producir irritación en la superficie ocular, provocando conjuntivitis irritativas” explica Pascual. Para prevenir estos casos, es recomendable el uso de gafas de buceo, con el objetivo de evitar el contacto de la superficie ocular con el agua.
En el caso de necesitar gafas de vista, sabemos que en verano suelen resultar más molestas y lo más habitual es el uso de lentillas. Estas, utilizadas de forma incorrecta, pueden ser muy peligrosas. Se es sabido que hay que evitar superar sus horas de uso, realizar un correcto mantenimiento y siempre con la máxima higiene posible. “A todo esto, en verano, se suma el peligro de sumergir los ojos en agua llevando las lentillas puestas” confirma la oftalmóloga Isabel Pascual, y añade que “Se trata de una práctica muy peligrosa, pudiendo llevar a infecciones oculares de gran gravedad, que pueden acarrear incluso la pérdida completa de la visión. Por ello, las lentillas pueden ser empleadas siempre que se usen en conjunto con unas buenas gafas de bucear que protejan de la entrada del agua”.
Finalmente, tanto las elevadas temperaturas como la excesiva exposición a los aires acondicionados, pueden producir un aumento de la sequedad ocular. “Para prevenirlo, tendremos que evitar estas condiciones ambientales, y, será recomendable el uso de lágrimas artificiales para hidratar la superficie ocular” concluye Pascual.
Tapones de cerumen y otitis, las dolencias más habituales en oídos
En verano aumenta nuestra exposición al agua debido a los chapuzones en playas y piscinas. La humedad mantenida en el conducto auditivo externo puede generar problemas, y, entre los más comunes, encontramos las molestias por tapones de cerumen y las otitis externas.
“En el caso de los tapones de cera, aunque son una patología muy común, suelen dar más problemas durante los meses veraniegos, ya que, al entrar agua, la cera se hidrata y gana volumen, generando los molestos síntomas de sensación de taponamiento, sordera, dolor de oído, mareos…” explica Jennifer Cueva, otorrino y miembro de Doctoralia.
A esto, Cueva añade que “El agua estancada junto a las temperaturas más elevadas, hacen que sean más habituales las otitis externas, ya que, estos dos factores favorecen el crecimiento de gérmenes y la aparición de esta infección ótica, que, en este caso, cursa con dolor de oído intenso, supuración, sensación de sordera…”. Para evitar estas infecciones, después de nadar, sécate con una toalla y, si es necesario, inclina la cabeza para ayudar a que el agua salga, recomienda Cristina Vaduva, otorrino y miembro de Doctoralia.
Vaduva, añade que, fuera del agua también podemos encontrar factores de peligro para la salud de nuestros oídos. “Es importante protegerse del ruido fuerte. Durante el verano, los festivales, conciertos y fuegos artificiales son increíbles, ¡pero el volumen puede ser ensordecedor!”. Generalmente, se considera que un ruido es perjudicial si supera los 85dB durante un periodo prolongado, “esto equivale a ruidos como maquinaria de fábrica, las sirenas de los bomberos, una manifestación ruidosa, conciertos, discotecas…” puntualiza la especialista.
A todo esto, es importante que, si tienes alguna enfermedad ya detectada en el oído externo, o antecedente de cirugías en oídos o perforación timpánica, hagas una revisión antes de esta época para ser aconsejado acerca de las medidas a tomar para evitar estos problemas.
Según Cristina Vaduva, hay tres factores que debes tener presentes para ahorrarte dolores y malestar este verano:
- No ignorar la sensación de taponamiento: Si sientes que tienes los oídos tapados o experimentas cambios en tu audición, acude a un otorrinolaringólogo.
- Ir con cuidado con el agua contaminada: Si vas a nadar en aguas naturales, asegúrate de que no estén contaminadas. El agua sucia puede aumentar el riesgo de infecciones.
- Evitar el uso excesivo de los auriculares: Trata de mantener el volumen de tus auriculares a un nivel seguro y descansa tus oídos de vez en cuando.
Consejos para mantener una buena salud en los oídos durante la época más calurosa del año
Llevar a cabo una revisión antes de adentrarnos en esta época y seguir las indicaciones del otorrinolaringólogo, que indicará cuáles son las medidas aconsejables en función de las características de tus oídos, es fundamental.
No obstante, existen una serie de consejos que nos pueden ayudar a mantener una buena salud en los oídos durante el verano. Jennifer Cueva y Cristina Vaduva, otorrinos y miembros de Doctoralia, desvelan todos los detalles:
- Usa protectores auditivos: Si vas a estar cerca de fuentes de ruido intenso, como conciertos o motores de embarcación, usa tapones para los oídos. Es recomendable su uso también en caso de contar con antecedentes de perforación timpánica, drenajes transtimpánicos o algunas cirugías de oído.
- Toma medidas ante cambios bruscos de presión: Como, por ejemplo, el uso de algunos productos nasales antes y durante los vuelos en avión, inmersiones acuáticas… come caramelos y haz maniobras de compensación de presiones.
- Seca tus oídos después de nadar: Al salir del agua, inclina suavemente la cabeza hacia un lado y utiliza una toalla para eliminar el exceso del agua. Es importante secar bien los oídos, pero, en todo caso, evita el uso de bastoncillos.
- Limita el tiempo bajo el agua: Si buceas, practica la técnica adecuada para evitar problemas en los oídos. No te sumerjas demasiado profundo o durante largos periodos sin el entrenamiento adecuado.
- Mantén tus oídos limpios: No necesitas introducir nada en tus oídos para limpiarlos. La cera es una barrera natural que protege tus oídos, y la mayoría de las veces se limpia por sí sola.
- Interrumpe el uso de audífonos: En el caso de usar audífonos, intenta mantener aireados los oídos varias horas al día en vez de usarlos ininterrumpidamente.
- Programa una revisión auditiva: Si tienes dudas sobre tu audición o experimentas problemas, no dudes en consultar a un especialista en otorrinolaringología para una revisión auditiva.
- Realiza una extracción de tapones: En caso de contar con antecedentes de tapones, pide cita y acude a una extracción de tapones de cerumen.
Recuerda que cuidar de tus oídos y de tus ojos es esencial para disfrutar plenamente del verano y de todos los momentos especiales que compartes con tus seres queridos. Así que, ¡diviértete y mantente seguro para seguir disfrutando durante esta temporada!
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