· Fundació Hospitalàries Barcelona

Jornada ‘Violencia en la mujer con especial vulnerabilidad. Realidad y abordaje’.
- La prevalencia de violencia de género en mujeres con discapacidad intelectual es del 40 % y la violencia más común en este colectivo es la física/sexual.
- En el caso de las mujeres con trastorno mental grave (TMG) la prevalencia se eleva a 3 de cada 4 y la violencia más común es la psicológica.
- Los episodios de violencia contra las mujeres con discapacidad intelectual suelen producirse en el entorno social/externo de la paciente o por parte de una persona próxima al entorno familiar, mientras que en las mujeres con TMG, en el núcleo familiar y/o de la pareja.
- Los expertos han señalado la necesidad de capacitar al entorno para identificar y acompañar en el proceso de concienciación de la situación y de la denuncia, y no cuestionar la veracidad del relato.
(Barcelona, 18 de marzo de 2025) - El 80 % de las mujeres con discapacidad en España ha sufrido algún tipo de violencia de género. Se trata de una realidad aún invisibilizada y que se ha abordado en la jornada ‘Violencia en la mujer con especial vulnerabilidad. Realidad y abordaje’, organizada por la Fundación Hospitalarias con el apoyo del Ministerio de Igualdad.
En el evento, que ha reunido a 150 personas de manera presencial en la Fundació Hospitalàries Barcelona, y a más de 300, on-line, se han tratado diferentes realidades de la violencia que sufren las mujeres en situación de especial vulnerabilidad, como mujeres con discapacidad, mujeres con daño cerebral adquirido, mujeres jóvenes o mujeres mayores con deterioro cognitivo. También se han ofrecido herramientas para identificar y prevenir estas situaciones.
3 de cada 4 mujeres con trastorno mental grave sufren violencia de género
La prevalencia de violencia de género en el caso de las mujeres con trastorno mental grave (TMG) es muy elevada. La sufren 3 de cada 4, siendo la más frecuente, la psicológica. Las situaciones de violencia en este colectivo acostumbran a producirse en el núcleo familiar y/o de la pareja. “La falta de credibilidad es un factor que impide, en muchos casos, el acceso de estas mujeres a la justicia, porque son los propios agresores quienes les dicen que nadie las va a creer porque tienen un trastorno mental”, ha explicado Belén Gallo, directora general para la Erradicación de las Violencias Machistas del Departamento de Igualdad y Feminismo de la Generalitat de Catalunya durante la conferencia inaugural.
La violencia de género en mujeres con discapacidad intelectual también es muy elevada, más del 40 % la ha sufrido en alguna de sus manifestaciones, siendo la más común la física/sexual. En este caso, estos episodios acostumbran a producirse en el entorno social/externo de la paciente o por parte de una persona próxima al entorno familiar.
Los expertos presentes en la jornada han insistido en señalar la necesidad de capacitar al entorno, tanto a profesionales como a la sociedad en general, para identificar y acompañar a la víctima en el proceso de concienciación de la situación y de la denuncia, y la importancia de no cuestionar la veracidad del relato. “Tanto en el caso de la discapacidad intelectual como en el de la salud mental, la persona se encuentra en una situación donde el entorno pone en duda su testimonio”, señala Conchita Peña, directora de la línea social de la Fundación Hospitalarias en Cataluña.
Signos de alerta para la detección de la violencia estos colectivos
Existen diferentes signos de alerta a los que debemos estar atentos para detectar las situaciones de maltrato en colectivos de personas vulnerables, como son las mujeres con un trastorno mental grave o con discapacidad
intelectual. “En ambos casos es importante tener en cuenta los signos de violencia física que pueda presentar la persona afectada”, indica Conchita Peña. También, en las mujeres con discapacidad intelectual, hay que tener muy en cuenta si se producen cambios de comportamiento y de hábitos, situaciones de aislamiento, miedos… “Son personas con rutinas muy marcadas, por lo que cuando, por ejemplo, no quieren hacer algo que antes hacían de costumbre, puede ser un indicio de que algo está pasando”, advierte la directora de la línea social de la Fundación Hospitalarias en Cataluña.
En el caso de mujeres con trastorno mental grave, la desestabilización de su patología puede ser un signo de alerta de la situación de maltrato. “La limitación de su capacidad de toma de decisiones, los cambios emocionales o las conductas sumisas son otras señales a las que se debe prestar atención”, alerta Peña.
Además de la violencia de género en mujeres con un trastorno mental o discapacidad intelectual, en la jornada se ha abordado la violencia contra las mujeres con daño cerebral adquirido. En esta mesa, profesionales de CERMI han incidido en las barreras existentes, como la falta de credibilidad, y en la importancia del acompañamiento y de potenciar la autonomía de estas mujeres. Asimismo, se ha puesto el foco en la violencia hacia la mujer joven y la mujer mayor con demencia. En el primer caso, los especialistas han marcado como reto que las niñas y adolescentes que pasan por recursos de protección de menores sean plenamente independientes al alcanzar la mayoría de edad, que es cuando dejan de tener apoyo institucional. Y más aún, si tienen alguna discapacidad.
Por lo que se refiere a la mujer mayor con deterioro cognitivo, se ha señalado que en mujeres mayores, el tipo de violencia más frecuente es por negligencia por parte del cuidador, por ejemplo, en aspectos de la vida cotidiana de la persona, como la higiene, la toma de medicación, etc. En esta mesa también se ha destacado el alto nivel de estrés emocional del cuidador como uno de los factores desencadenantes del maltrato.
Sobre Fundación Hospitalarias
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