· Confederación Española de Familias de Personas Sordas-FIAPAS
Más de 1.500 millones de personas en el mundo tienen problemas de oído y pérdida de audición. Según la Organización Mundial de la Salud, más del 60% de las necesidades de cuidado del oído y la audición pueden ser identificadas en la atención primaria de la salud. FIAPAS solicita por ello que se incluyan competencias en salud auditiva en los programas formativos de los facultativos que se ocupan de dicha atención.
En el Día Mundial de la Audición, que se celebró el pasado 3 de marzo, la Confederación Española de Familias de Personas Sordas-FIAPAS se une a la Campaña de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, bajo el lema: ¡Cuidado del oído y la audición para todos! Hagámoslo realidad, destaca la importancia de integrar el cuidado del oído y la audición en la atención primaria de la salud como un componente esencial de la formación de los profesionales al frente de estos servicios.
En este sentido, FIAPAS considera esencial que, entre las competencias clínicas específicas a adquirir, se contemple el conocimiento y la promoción de hábitos saludables para el cuidado del oído y la audición, dada la alta incidencia de la sordera y de otros problemas auditivos en la población en distintas edades1, así como también la posibilidad de actuar antes de que se produzcan o se agraven los mismos.
Demandas de FIAPAS
“En la atención primaria de la salud se encuentran los profesionales con mayor contacto con la población, por lo que se precisa que dispongan de conocimientos específicos relativos a la salud auditiva, la prevención y detección precoz de las pérdidas de audición, pudiendo detectar situaciones y/o casos de riesgo para su derivación al médico otorrino”, ha detallado Jose Luis Aedo, presidente de FIAPAS.
Entre otras competencias vinculadas con la atención primaria de la salud, FIAPAS considera que, para el cuidado del oído y la audición, se precisan conocimientos relativos a:
- La promoción de hábitos saludables sobre salud auditiva y la prevención de conductas nocivas.
- La verificación de la realización de las pruebas y el seguimiento de los resultados, para la detección y atención precoz de las pérdidas de audición, así como la derivación al especialista, en particular en el caso de niños y niñas con factores de riesgo y, en todo caso, ante la sospecha de una sordera posnatal, de aparición tardía o adquirida.
- El seguimiento del desarrollo del lenguaje y del desarrollo general de las habilidades y aprendizajes propios de la infancia.
- La vigilancia de catarros frecuentes, alergias y otitis de repetición que pueden provocar problemas auditivos a medio y largo plazo.
- La prevención, detección y atención precoz de problemas auditivos en personas adultas mayores de 55 años y en la vejez, teniendo en cuenta su impacto sobre el estado emocional, el deterioro cognitivo, los problemas de equilibrio y caídas, etc.
- El conocimiento sobre las prótesis auditivas y los productos de apoyo a la audición y a la comunicación oral, necesarios para una comunicación efectiva en consulta por parte de los profesionales de la salud con las personas con sorderas, así como el conocimiento sobre las redes y entidades sociales de atención y apoyo a personas con sordera y a sus familias.
Tratamiento precoz
Tanto en niños como en mayores, la detección y el diagnóstico precoz no son efectivos si, una vez detectada la sordera -sin posponerlo en el tiempo- no se lleva a cabo el tratamiento adecuado, tanto médico como protésico: audífonos y/o implantes auditivos y la rehabilitación auditiva y del lenguaje que se precise.
Con motivo del Día Europeo de la Logopedia, que se celebra el próximo 6 de marzo, se recuerda la necesidad de la intervención logopédica temprana, en especial en las primeras edades para el acceso al lenguaje oral y el desarrollo de todas las habilidades cognitivas que derivan de él.
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