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En una docena de estaciones de medición de este contaminante, repartidas por Barcelona, Madrid y Sevilla, se han registrado en las últimas semanas una gran cantidad de superaciones del umbral de información a la población, llegando a rebasarse el umbral de alerta en Puertollano (Ciudad Real) este mes de julio.
El ozono aumenta con las altas temperaturas que hay en España
La previsión de la superación del umbral obliga a las autoridades autonómicas a advertir a las personas más sensibles a la contaminación atmosférica de que se protejan, evitando en las horas centrales del día y a la caída de la tarde cualquier esfuerzo físico y los ejercicios al aire libre. También deben informar sobre la previsión de evolución de la contaminación, las áreas afectadas y la duración del episodio. En el caso de alcanzarse el umbral de alerta, se deben adoptar medidas inmediatas de reducción de las fuentes emisoras de la contaminación.
No obstante, según fuentes de Ecologistas en Acción, la Junta de Andalucía, la Junta de Castilla-La Mancha, la Generalitat de Catalunya y la Comunidad de Madrid se han limitado a difundir avisos rutinarios una vez producidas las superaciones, que resultan insuficientes para proteger la salud de la población más afectada, como son las niñas y niños, las personas mayores, las mujeres gestantes y las personas con enfermedades cardiorrespiratorias, que una vez más han sido desasistidas por las autoridades.
Ecologistas en Acción lamenta que todas estas administraciones y la mayoría de las restantes comunidades autónomas y grandes y medianas ciudades carecen de protocolos de actuación frente a episodios de mala calidad del aire por ozono, pese a que debían haberse dotado de los mismos con la aprobación en 2007 de la vigente Ley de calidad del aire y protección de la atmósfera. Se trata de una grave negligencia que está perjudicando la salud de millones de personas en el centro y el sur del Estado español.
Ante la prolongación de la ola de calor, Ecologistas en Acción pide a las autoridades autonómicas y locales restricciones de la circulación de vehículos a motor, como la prohibición de la circulación de aquellos más contaminantes, la reducción de la velocidad, el encarecimiento de los estacionamientos centrales o la bonificación y refuerzo del transporte público, medidas encaminadas a reducir las emisiones del principal precursor del ozono, como es el dióxido de nitrógeno.
Asimismo, propone limitar el funcionamiento de las centrales termoeléctricas y otros grandes focos industriales como la industria petroquímica para reducir la gravedad del actual episodio de alta contaminación.
El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias.
Por inhalación, provoca un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y el Instituto de Salud Global de Barcelona han estimado entre 2.000 y 3.000 las muertes anuales en España atribuibles a la exposición a niveles de ozono como los registrados estos días.
El ozono, además de para las personas, también es tóxico para la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos.