La sexualidad despierta muchas emociones mezcladas y resulta con frecuencia controvertida en la población. Lo que para unos es normal y deseable, para otros puede resultar desagradable, o “vicio”. Hace algún tiempo que la psiquiatría perdió bastante interés en señalar qué es normal y qué no en el terreno sexual, para ocuparse actualmente del tratamiento de los problemas que surgen en torno al sexo que causan malestar u otro tipo de problemas a las personas que los presentan.
Los problemas sexuales tal y como se entienden hoy en psiquiatría, son las Disfunciones Sexuales (problemas en la consecución del placer sexual), las Parafilias Sexuales, (comportamientos sexuales inusuales para alcanzar el placer que pueden llevar al individuo a problemas con la ley o su entorno social), y los Trastornos de la Identidad sexual (cuando causan malestar al que los presenta).
Disfunción sexual
La respuesta sexual consta de 4 fases normales: deseo, excitación, orgasmo y resolución. Cada una de estas fases va acompañada de respuestas fisiológicas, que se traducen en señales corporales, y que culminan en el orgasmo, para volver al estado basal en la fase de resolución.
Una disfunción sexual puede aparecer en cualquiera de estas fases, produciendo una respuesta sexual insatisfactoria, que genera ansiedad y tiende a perpetuar un círculo vicioso por el que pueden acabar por evitarse las relaciones sexuales.
Son disfunciones sexuales la falta de deseo sexual, la falta de fantasías eróticas, la impotencia en el varón, la frigidez en la mujer, la eyaculación precoz, la dispareunia (dolor a la introducción del pene en la vagina), el vaginismo (imposibilidad para realizar el coito por contracción involuntaria del tercio externo de la vagina), y la anorgasmia (incapacidad para experimentar el orgasmo).
Es importante descartar una causa médica de las disfunciones sexuales, ya que por ejemplo la hipertensión y la diabetes pueden producir impotencia; muchas medicaciones (incluyendo medicación psiquiátrica) pueden interferir con la respuesta sexual, etc.
El tratamiento es totalmente distinto según la causa sea médica o psicológica. En el caso de que la causa sea psicológica, el tratamiento se realiza mediante psicoterapia de orientación conductista, (que suele conseguir efectos rápidamente), con técnicas como la focalización sensitiva y otras, que (mediante ejercicios programados en los que se excluye inicialmente el coito), se van venciendo las dificultades y disminuye la ansiedad ante el posible fracaso. Estas técnicas requieren la colaboración de la pareja.
Parafilias
Se trata de trastornos que suponen la elección de un objeto de deseo anómalo. Lo que constituye el trastorno propiamente dicho es la incapacidad para desarrollar una respuesta sexual en ausencia del objeto de deseo anómalo, lo cual crea malestar al que lo padece, interfiere en sus relaciones personales o hace daño a otra gente lo cual provoca problemas legales.
La anomalía no reside en la preferencia sexual más o menos alejada de la actividad genital considerada normal, sino la exclusividad de la parafilia y la incapacidad para funcionar sexualmente de una forma satisfactoria y sin problemas para el propio individuo.
Las parafilias descritas en el DSM-IV son:
- Masoquismo sexual (obtención de placer sexual únicamente a través del dolor propio),
- Sadismo sexual (lo que causa placer sexual es el dolor o sufrimiento ajeno),
- Fetichismo (sólo es posible la excitación con objetos o partes concretas del cuerpo que nunca incluyen los genitales),
- Travestismo (vestirse con ropas del sexo contrario como única forma de excitación posible),
- Exhibicionismo (exhibir los genitales a personas ajenas como medio de excitación),
- Voyeurismo o escoptofilia (excitación al espiar a otras personas sin su consentimiento),
- Frotteurismo (excitación al frotar los genitales contra gente sin su consentimiento)
- Pedofilia (excitación sexual con menores de edad como objeto de deseo).
El tratamiento de las parafilias emplea psicoterapia cognitivo-conductual y otras, siendo de difícil manejo.
Trastorno de identidad sexual
También conocido como disforia de género, consiste en una identificación persistente y un deseo continuo de pertenecer al género contrario, que se acompaña de desagrado e incluso repulsa hacia los genitales y roles sociales del propio sexo.
Aunque a veces se asocian a otros trastornos psiquiátricos, las identificaciones sexuales invertidas tienden hoy a considerarse trastornos, en tanto crean insatisfacción y angustia en la persona que lo padecen, más que por la identidad invertida en sí misma.
El tratamiento es principalmente apoyo psicológico antes y después de las operaciones de cambio de sexo o de otras actuaciones que fomenten la satisfacción completa de la persona con el sexo vivido y deseado.
-
Autor(es): , Obra: Trastornos sexuales, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/enfermedades/enfermedades-mentales/trastornos-sexuales
Copiar