Alteraciones de la alimentación
¿Qué son?
La alimentación, como función de importancia vital para los animales, se rige por un poderoso conjunto de mecanismos biológicos y psicológicos que denominamos instinto de supervivencia. El cuerpo ha desarrollado señales (el hambre y las señales fisiológicas que indican hambre) y conductas asociadas a esas señales que impulsan al animal a buscar y a tomar alimento cuando le es necesario.
Sin embargo, la alimentación ha adquirido también otras funciones en el largo camino evolutivo del ser humano (funciones sociales, placenteras, etc.). Muchas personas en los países desarrollados se debaten hoy entre el ideal de belleza vigente, asociado básicamente a la delgadez y a la preocupación por la obesidad, y la disponibilidad alimentaria variada y fácil de obtener, propia de sociedades consumistas, en las cuales, por razones obvias, muchos tienden al sedentarismo y al sobrepeso.
Aunque la obesidad no está considerada un trastorno, en las clasificaciones actuales de trastornos psiquiátricos es, en sí misma, causante de trastornos físicos y muchas veces de malestar psíquico: La obesidad puede ser, por otro lado, una consecuencia de algunas enfermedades psiquiátricas, y también un efecto secundario de algunos psicofármacos.
Los dos trastornos específicos de la alimentación, netamente psiquiátricos, más frecuentes e importantes en la actualidad son la Anorexia y la Bulimia Nerviosas.
Anorexia nerviosa
¿Qué es?
La anorexia mental es uno de los trastornos psiquiátricos que más preocupación causan actualmente en los países desarrollados. Los medios de comunicación se refieren a ellos con frecuencia y regularidad. Como en el resto de trastornos expuestos hasta aquí, la causa de la anorexia nerviosa no está del todo clara. La importancia de los factores sociales y culturales es evidente, si bien parece haber también factores orgánicos, psicológicos y familiares implicados en el cuadro clínico.
Se trata de una enfermedad que afecta sobre todo a mujeres, aunque el porcentaje de varones afectados parece haber crecido en los últimos años. Lo característico del trastorno es el miedo exagerado a engordar, la pérdida de peso excesiva y la alteración de la imagen corporal que conduce a verse gordo, a pesar de que la delgadez extrema es evidente para todos.
La preocupación por determinadas áreas del cuerpo está claramente distorsionada y la paciente puede continuar considerando llenas de grasa, áreas en la que queda poco más que la piel encima del hueso.
La persona afectada suele ignorar los problemas que su bajo peso le ocasionan, y continúa adelgazando hasta poner en peligro su vida. Según se va perdiendo peso van apareciendo otros síntomas: desaparición de los ciclos menstruales, dolor abdominal, piel seca, disminución de la tolerancia al frío, estreñimiento, la aparición de un vello corporal oscuro denominado lanugo, e incluso otros más graves como arritmias cardíacas, o alteraciones en electrolitos (como el sodio o el potasio), cuyo correcto balance es imprescindible para la vida.
A pesar de que el término anorexia significa literalmente falta de apetito, las anoréxicas, sobre todo al principio, suelen tener hambre, pero la reprimen u ocultan por miedo a engordar; los síntomas digestivos que se van produciendo cuando pierde peso tienden a perpetuar las conductas anoréxicas.
Hay dos grandes tipos de conductas anoréxicas, si bien pueden darse mezcladas en la misma persona: restrictivas y; purgativas.
La anorexia restrictiva se caracteriza por conductas que tienden a impedir la entrada de alimento, como el ayuno, una excesiva preocupación por las dietas y control de las calorías que tiene cada alimento, mediante complejos rituales que se despliegan a la hora de comer. Este tipo suele asociarse a rasgos obsesivos de personalidad como son la tendencia excesiva al orden, al perfeccionismo, la rutina, etc.
La anorexia purgativa se caracteriza por conductas como vómitos tras las comidas, abuso de laxantes o de diuréticos, ejercicios desenfrenados tras la ingesta, etc. Se trata de pacientes más impulsivas, y no es raro que coexista en ellas un abuso de drogas.
Tratamiento
El tratamiento de la anorexia nerviosa es complejo. Algunas veces la paciente acude por primera vez a un servicio sanitario en condiciones de verdadero riesgo vital y, generalmente, en contra de su voluntad, pues el propio trastorno le impide tomar conciencia de que está enferma.
Por eso, en estos primeros momentos lo principal es el soporte vital que puede requerir nutrición por sonda nasogástrica, lo cual suele causar angustia a estas pacientes, que se sienten “como si se les estuviera cebando para engordar”. Cuando es posible la colaboración de la paciente, pueden introducirse en principio dietas líquidas, en las cuales es más fácil controlar el aporte calórico, y son mejor aceptadas que las dietas sólidas, a las que se va pasando progresivamente.
El tratamiento de la anorexia más extendido tiene una importante base psicoterapéutica; conductista, al menos en el primer momento del ingreso hospitalario: la paciente, por ejemplo, va obteniendo privilegios (desencadenamiento, visitas, posibilidades de ocio y de ejercicio, etc.) según gana peso. El tratamiento es complicado y exige una vigilancia extrema, pues la paciente suele tender a ocultar comida en lugar de tomarla, a vomitar a escondidas y falsear su peso mediante los trucos más impensables.
Bulimia nerviosa
¿Qué es?
Lo característico de la bulimia nerviosa es la ingesta compulsiva de alimentos en forma de atracones incontrolables de duración variable, que acaban con un gran sentimiento de culpa; con frecuencia compensan esta ingesta vomitando, o mediante otras conductas purgantes. Los alimentos elegidos para estos atracones suelen ser precisamente los más grasos o dulces, y de escaso valor nutritivo.
La paciente presenta también una gran preocupación por la imagen personal y por el control de peso. Los atracones se producen con frecuencia en momentos de ansiedad que no se distingue bien del hambre, como una forma de acabar con ella; inmediatamente después sigue un sentimiento de culpa casi invariable. Se dan también conductas purgantes, que acaban por producir lesiones orgánicas por el vómito ácido (erosiones dentales, inflamación de las glándulas salivares, úlceras esofágicas, etc.).
Si no se dan las conductas purgantes, la complicación habitual es la obesidad. Las pacientes que vomitan tras la ingesta compulsiva llegan a desarrollar la capacidad de vomitar a voluntad y sin estimularse el reflejo.
Tratamiento
El tratamiento de la bulimia nerviosa es también largo, complejo y básicamente psicoterapéutico, pero se emplean además, en algunos casos, inhibidores selectivos de la recaptación de la Serotonina, pues se ha comprobado que algunos de ellos son útiles para reducir la impulsividad.
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Autor(es): Luis Maita, Obra: Trastornos de la alimentación, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/enfermedades/enfermedades-mentales/trastornos-de-la-alimentacion
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