¿Has sentido molestias digestivas o dolores estomacales recurrentes? No lo ignores. La infección por Helicobacter pylori (H. pylori) es una de las principales causas de úlceras gástricas y otros problemas graves del sistema digestivo.
Descubrir cómo prevenir, diagnosticar y tratar esta infección podría marcar la diferencia entre el malestar ocasional y complicaciones a largo plazo.
¿Qué es la infección por Helicobacter pylori?
La Helicobacter pylori es una bacteria que habita en el estómago y afecta el revestimiento gástrico. Su particular forma en espiral le permite resistir el ambiente ácido del estómago y dañar progresivamente las paredes del estómago.
Aunque muchas personas infectadas no muestran síntomas evidentes, la Helicobacter pylori está asociada con enfermedades graves como la gastritis crónica, las úlceras pépticas e incluso el cáncer gástrico.
Este microorganismo es bastante común, y más de la mitad de la población mundial está infectada, aunque no todos desarrollan complicaciones. Sin embargo, es importante estar atentos a los posibles signos de alerta para evitar problemas a largo plazo.
Tipos de infección por Helicobacter pylori
Dependiendo de la gravedad y localización de la infección, los principales tipos son:
- Gastritis aguda: Es una inflamación repentina del revestimiento del estómago, generalmente causada por una nueva infección. Se manifiesta con dolor abdominal agudo, vómitos y malestar estomacal.
- Gastritis crónica: Este tipo de inflamación persiste en el tiempo, afectando el estómago de manera más prolongada. Aunque puede ser menos dolorosa, si no se trata puede derivar en úlceras.
- Úlceras gástricas y duodenales: Son lesiones que aparecen en el revestimiento del estómago o en el duodeno (la primera parte del intestino delgado). Pueden provocar dolor intenso, sangrado y, en casos graves, perforación del estómago o el intestino.
Factores de riesgo
Algunas personas están más expuestas a desarrollar infecciones por Helicobacter pylori debido a factores específicos, como:
- Edad avanzada: Las personas mayores tienen más probabilidades de haber estado expuestas a la bacteria durante su vida.
- Vivir en países en desarrollo: En zonas con malas condiciones sanitarias, la prevalencia de la infección es mayor.
- Ambientes de hacinamiento: Vivir en espacios reducidos o en contacto cercano con otras personas aumenta el riesgo de contagio.
- Alimentación y agua contaminadas: Consumir alimentos mal cocidos o agua sin tratamiento adecuado puede facilitar la transmisión.
¿Cuándo consultar al médico?
Si notas síntomas digestivos persistentes, como:
- Dolor abdominal recurrente, especialmente después de comer.
- Náuseas, vómitos o pérdida de apetito.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Sensación de hinchazón después de comer cantidades pequeñas.
- Presencia de sangre en el vómito o las heces (que puede aparecer de color oscuro).
Es importante que busques atención médica de inmediato. Si tienes antecedentes familiares de úlceras o cáncer de estómago, debes ser aún más precavido y realizar chequeos preventivos regularmente.
Causas
La infección por H. pylori se transmite de persona a persona a través del contacto directo con saliva, vómito o heces de una persona infectada. También se puede contraer al consumir alimentos o agua contaminada, algo más común en regiones con saneamiento deficiente.
Las principales causas y formas de contagio incluyen:
- Mala higiene personal: No lavarse las manos adecuadamente después de ir al baño o antes de comer.
- Contacto cercano con personas infectadas: Vivir en ambientes de hacinamiento o tener contacto con personas portadoras de la bacteria.
- Alimentos mal cocidos o agua no potable: Consumir productos contaminados es una de las formas más comunes de adquirir la infección.
Tratamiento
El tratamiento para erradicar Helicobacter pylori implica una combinación de antibióticos y medicamentos que reduzcan el ácido del estómago para facilitar la curación del revestimiento gástrico. El tratamiento recomendado suele incluir:
- Antibióticos: Se administran dos o más antibióticos de manera simultánea para evitar la resistencia de la bacteria.
- Inhibidores de la bomba de protones (IBP): Reducen la producción de ácido estomacal, permitiendo que el revestimiento del estómago se cure más rápidamente.
- Medicamentos protectores: Como el subsalicilato de bismuto, que protege el revestimiento del estómago mientras los antibióticos eliminan la bacteria.
Es esencial seguir todo el tratamiento y evitar dejarlo a medias, incluso si los síntomas mejoran antes de tiempo. Si no se elimina por completo la infección, esta puede volver y volverse más resistente a los tratamientos.
Medidas de prevención
Para prevenir la infección por Helicobacter pylori, se deben tomar medidas preventivas simples pero efectivas:
- Lava bien tus manos: Siempre hazlo después de ir al baño y antes de comer o preparar alimentos.
- Consume agua potable: Asegúrate de que el agua que bebes sea segura y esté debidamente tratada.
- Cocina los alimentos adecuadamente: Especialmente las carnes y pescados, que deben estar bien cocidos.
- Evita compartir utensilios: No compartas cubiertos, vasos ni platos con personas que puedan estar infectadas o tengan problemas digestivos.
de Brito BB, da Silva FAF, Soares AS, Pereira VA, Santos MLC, Sampaio MM, Neves PHM, de Melo FF, 2019, Pathogenesis and clinical management of Helicobacter pylori gastric infection, World J Gastroenterol, 10.3748/wjg.v25.i37.5578, https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31602159/
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Autor(es): Luis Maita, Obra: Infección por Helicobacter pylori (H. pylori): Conoce los riesgos y cuida tu salud, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/infecciones/infecciones-gastrointestinales/helicobacter-pylori
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