La alegría viene acompañada de la sensación de felicidad, placer o satisfacción. Es una emoción que nos impulsa a buscar y experimentar cosas buenas en la vida, y que puede tener efectos positivos en nuestra salud mental y física. En este artículo hablaremos sobre la alegría, sus determinantes y beneficios para nuestra salud, entre otros temas relacionados.
¿Qué es la alegría?
La alegría es un sentimiento positivo que puede surgir, entre otras cosas, por: la atenuación de un malestar o el logro de una meta objetivo, la observación de la felicidad de alguien a quien apreciamos o la contemplación de algo que nos parece hermoso. Su intensidad se modulará en función del grado de deseabilidad del objetivo alcanzado y por otra serie de factores, entre los que cabe destacar:
La realidad del acontecimiento. No es lo mismo la alegría que experimentamos cuando nos imaginamos que nos ha tocado la lotería, que cuando realmente nos ha tocado, ¿verdad?
La proximidad psicológica del desencadenante de esta emoción. Imaginemos que estamos compitiendo en una carrera de 50 km y que cada 10 km hay una bandera que nos indica el camino recorrido, la alegría que experimentaremos al visualizar la segunda bandera será mayor que la que experimentamos al imaginar que alcanzamos la meta. Esto se debe, a que la segunda bandera está mucho más próxima que el final de la meta.
El nivel de activación fisiológica previo. Cuanto más "activados” estemos, más alegría sentiremos cuando se produzca el acontecimiento desencadenante.
Lo inesperado del acontecimiento, cuanto menos esperemos este hecho, más alegría sentiremos.
¿Qué nos produce alegría?
Como ya se puede deducir de lo dicho anteriormente, cualquier evento que nos resulte agradable. Obviamente, también nos producirá alegría todo aquello que nos impide nuestro malestar o sufrimiento. Pero la alegría podemos dividirla en varios tipos de acuerdo a su origen:
Alegría auténtica: Es la alegría que surge de forma espontánea y natural en respuesta a un estímulo externo o interno que nos hace sentir bien.
Alegría hilarante: Este tipo de alegría se caracteriza por ser excesivamente intensa o desproporcionada, acompañada de risas, carcajadas... y puede ser provocada por situaciones cómicas, cosquillas o por el consumo de alcohol u otras sustancias.
Alegría hedónica: Este tipo de alegría surge como resultado de la satisfacción de necesidades o deseos, como comer algo que nos gusta o realizar una actividad que disfrutamos.
Alegría eudaimónica: Esta alegría surge de la satisfacción de logros personales significativos o el cumplimiento de propósitos valiosos y causa un efecto de plenitud mucho más duradero.
Alegría cínica: Se caracteriza por la burla o el sarcasmo y puede ser utilizada como defensa ante situaciones difíciles.
Alegría patológica: Este tipo de alegría puede ser síntoma de trastornos mentales como la manía o la esquizofrenia.
¿Qué determina la intensidad de la alegría?
Hay varios factores que determinan o modulan la intensidad de esta emoción. Entre ellos cabe destacar algunos:
- Consumo de sustancias que tienen la capacidad de modificar el valor a partir del cual se genera esta emoción. Hay algunas sustancias que resultan facilitadoras, otras inhiben la alegría, todo ello depende de la cantidad de sustancia ingerida, la tolerancia a la misma y el espacio de tiempo transcurrido entre la ingestión de esta sustancia y el momento actual de la persona.
- Los rasgos de personalidad. Está demostrado que las personas que son extrovertidas son más propensas experimentar alegría. Del mismo modo que las personas serias o malhumoradas tienen dificultad para experimentar esta emoción.
- Las normas sociales que se adquieran a través de la cultura son potentes moduladores de la alegría. Todos sabemos que en ciertas ocasiones está mal visto que nos riamos o esbocemos una sonrisa, a pesar de que en ese momento alguien nos ha podido contar un chiste que nos cause mucha gracia por poner un ejemplo.
Afrontamiento
A pesar de que los desencadenantes de la alegría suelen tener una elevada relevancia personal para el sujeto que experimenta esta emoción, debido a su carácter agradable, consideramos que no nos hace falta enfrentarnos a ellos, y nos resulta especialmente fácil adaptarnos a la nueva situación.
¿Para qué sirve la alegría?
La alegría tiene múltiples beneficios para nuestra salud:
- A nivel hormonal, cuando nos sentimos alegres generamos un neurotransmisor llamado serotonina, que atenúa, entre otras cosas, nuestro estrés y nuestra ansiedad.
- Mejora la salud cardiovascular, al fortalecer el corazón, disminuir la presión arterial y promover el descenso de los niveles de grasas en sangre.
- Bajo estados emocionales alegres somos más creativos, más propensos a la interacción con los demás, más serviciales.
- Aumenta nuestras defensas, se puede decir que una persona alegre es más saludable.
- Puede aumentar la generosidad y la disposición a ayudar a los demás, y es especialmente benéfica cuando se comparte con seres queridos y mascotas.
Efectos físicos de la alegría
Al estar alegres se produce un aumento de la frecuencia cardiaca, un aumento de la presión sanguínea, fluctuaciones en la actividad electrodérrmica.
En ciertas ocasiones, se pueden producir adicionalmente escapes de orina debido a una relajación de los músculos del esfínter.
Expresión corporal
La cara de una persona con alegría se caracteriza por:
- Elevación de los párpados y estrechamiento de su apertura.
- Separación de los labios.
- El retiramiento bilateral de la comisura.
En cuanto a la expresión vocal de las personas alegres en sus manifestaciones delirantes, se pueden observar la producción de sonidos como je je je, ja ja ja, etc.
Todos somos conscientes de que cuando estamos alegres aumentamos nuestro tono de voz, así como las variaciones del mismo.
¿Cómo saber si una persona está realmente alegre?
Como sabemos en muchas ocasiones, las apariencias engañan. Esto es precisamente lo que hace que existan tres tipos de sonrisas distintas:
- La sonrisa auténtica o genuina (sonrisa de Duchenne). Es una expresión sincera del sentimiento de alegría.
- La sonrisa enmascaradora o miserable. No solo la persona no experimenta alegría, sino que además intenta enmascarar u ocultar una emoción negativa.
- La sonrisa falsa o fingida. Se produce cuando no hay ningún sentimiento alegre, pero intentamos simularlo por respeto al interlocutor.
Pero ¿cómo se pueden distinguir entre estos tres tipos de sonrisa? La experiencia es el mejor maestro, sin embargo, hay algunas pistas que tenemos que tener en cuenta. La sonrisa verdadera produce una elevada elevación de las mejillas y nuestra expresión facial se asemeja más a las personas orientales.
Los otros dos tipos de sonrisas (las que no son auténticas) poseen una baja o nula activación del músculo auricular de los párpados y los rasgos de la cara poseen diferentes grados de asimetría. El patrón característico de estas sonrisas se produce de manera súbita y no graduada, como ocurre con la sonrisa auténtica.
Cuando la alegría deja de ser positiva: alegría patológica
En ciertas ocasiones, la emoción de alegría deja de ser adaptativa y se torna negativa en diferentes grados:
La manía que representa el mayor grado patológico.
La hipomanía es un grado más moderado que la manía.
Los pacientes afectados por este trastorno presentan un ensalzamiento excesivo de su persona, tiene plena convicción de que son los sujetos activos de grandes logros. Presentan una disminución de la necesidad de horas de descanso. No suelen dormir más de tres o cuatro horas.
Su hiperactividad se puede transformar en promiscuidad sexual, o un elevado compromiso político o religioso. Estas personas están convencidas de que están por encima de los demás y no tienen ningún respeto por las normas sociales.
A menudo estos ciclos de euforia se alternan con ciclos depresivos, por lo que la estabilidad emocional de la persona es muy baja.
No hay que confundir el hecho de que se crean agentes de grandes logros con los delirios comunes de los esquizofrénicos. Estos pacientes, a diferencia de los últimos, lo que hacen es engrandecer características reales de su persona.
Glosario
Adaptativa: útil para nuestra supervivencia
Manía: es un estado elevado, anormal de excitación, afecto y nivel energético.
Hipomanía: Tiene los mismos rasgos de la manía, pero en menor grado.
Hiperactividad: Aumento en la realización de distintas tareas sin control.
Promiscuidad: Tendencia a mantener relaciones sexuales con personas distintas.
Euforia: Sensación de bienestar de intensidad extrema producto de un buen estado de salud o de consumo de ciertas sustancias.
Esquizofrénicos: Personas con un grupo de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad. La esquizofrenia causa además una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción social.
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Autor(es): Claudia Tecglen, Obra: Alegría, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/salud-mental/guia-de-las-emociones/alegria
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