Aunque a menudo se considera una emoción negativa, el asco puede ser útil en muchos contextos, como en la toma de decisiones relacionadas con la comida o la higiene. En este artículo, exploraremos los diferentes aspectos del asco, incluyendo sus causas y efectos, su papel en la vida humana y cómo puede manifestarse en diferentes situaciones y contextos.
¿Qué es?
El asco es una emoción humana básica en la cual se experimenta una reacción generada por una profunda aversión hacia algo que nos resulta especialmente desagradable, sucio o repugnante.
Darwin nos dio la primera definición de esta emoción, considerándola como una sensación de repulsión hacia un estímulo percibido o imaginado con viveza principalmente al sentido del gusto, pero también presente en sentidos como el olfato, el tacto o la vista, como una sensación "parecida" a la despertada en el sentido del gusto (Darwin, 1872/1984)
¿Qué nos produce asco?
El asco es determinado por una combinación de factores, incluyendo la percepción individual del olor, sabor, textura, apariencia o contexto de un objeto o situación. También puede estar influenciado por factores culturales y personales. En última instancia, el asco es una emoción subjetiva, y lo que causa asco en una persona puede no causarlo en otra.
Sin embargo, la mayoría de las personas, tienen asco de:
- Las secreciones corporales: como las heces, la orina, el sudor, etc.
- Algunos animales: como los bichos, las ratas...
- Ciertas conductas sexuales "inapropiadas" como las derivadas de la zoofilia, pedofilia o el incesto.
- El contacto con cuerpos muertos.
- Ciertos alimentos como la comida podrida, entre otros.
- Trozos corporales como vísceras, miembros amputados.
- La falta de higiene.
El asco y sus conductas de rechazo se rigen por dos principios:
- La ley de contagio, se basa en la tendencia a evitar aquellos objetos que hayan estado en contacto (aunque sea una sola vez y durante un periodo muy breve tiempo) con objetos que les resulte asquerosos. Por ejemplo, hay muchas personas que dicen que no podrían comer nunca en un plato donde haya comido anteriormente otro animal que les produzca esa reacción. Es decir, se cree que por qué un objeto haya estado en contacto con otro durante un espacio breve de tiempo, el primero ha “contagiado” a este último sus propiedades asquerosas de manera irreversible.
- El segundo principio es el de la similitud. Formas semejantes producen también similares sensaciones de preferencia o repugnancia. ¿Quién se comería un bollo con forma de caca de perro?.
Hay que destacar que también existe el asco moral, que es aquella reacción emocional que nos producen ciertas conductas indeseables, como el abuso de niños. Esta dimensión nos ayuda a modular las conductas sociales, propiciando de este modo los comportamientos adecuados y el orden en nuestra sociedad.
Afrontamiento
El asco se produce ante eventos poco familiares y muy desagradables. Consideramos muy importante retirarnos de ese estímulo para preservar nuestra salud. Siempre rechazamos este tipo de estímulos, ya que consideramos que no tenemos capacidad para adaptarnos a ellos.
¿Para qué sirve el asco?
Fundamentalmente, para escapar de aquellas situaciones que puedan poner en peligro nuestro bienestar corporal. El asco potencia de este modo hábitos saludables e higiénicos.
Como hemos dicho anteriormente, también sirve para modular nuestras conductas sociales.
En el ámbito educativo, el asco también podría jugar un papel relevante en la futura elección profesional, ya que parece que esta emoción está vinculada con los intereses vocacionales. En un estudio llevado a cabo por Corgiat, Cappellett, Phillips y Templer (1986) con 105 estudiantes estadounidenses, se observó que los estudiantes de orientación técnica y empresarial mostraban más asco a los residuos corporales que los estudiantes de orientación humanista y de servicio.
Efectos físicos
En general, el asco produce una mayor tensión muscular, malestar gastrointestinal, en aquellos casos que estén relacionados con aspectos gustativos u olfativos del estímulo, elevación de la frecuencia respiratoria y una moderada elevación de la frecuencia cardiaca.
Efectos subjetivos
La repugnancia es el efecto subjetivo característico de la emoción de asco.
En referencia al asco moral, también se produce una sensación de "ofensa".
Expresión corporal
Nuestra cara asqueada se caracteriza por:
- Elevación de la barbilla.
- Reducción acentuada de la apertura de los párpados.
- Nariz fruncida.
- Elevación de las mejillas y reducción de la apertura palpebral (parpados).
Aunque también se pueden dar otros patrones faciales en esta emoción, estos son los más característicos.
En cuanto al resto del cuerpo, se genera una conducta de alejamiento, cambios en la prosodia (tono de voz), interrupciones en el habla, etc.
Consecuencias del asco
Como ya sabemos asco potencia hábitos saludables.
Como aspecto más negativo, el asco interpersonal tiene como consecuencia conductas racistas o tratos discriminatorios hacia otras personas. También se asocia esta emoción con ansiedad y trastornos obsesivos compulsivos.
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Autor(es): Claudia Tecglen, Obra: Asco, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/salud-mental/guia-de-las-emociones/asco
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