En este artículo, exploraremos en detalle la artritis y sus diferentes formas, proporcionando información sobre los síntomas, las causas y los factores de riesgo. También discutiremos los métodos de diagnóstico, prevención y las opciones de tratamiento disponibles, incluyendo medicamentos, terapias físicas y cambios en el estilo de vida.
¿Qué es la artritis?
La artritis es la inflamación de las articulaciones, de las estructuras dedicadas a facilitar la movilidad entre las diferentes partes del cuerpo. Las señales de inflamación de estos tejidos son el enrojecimiento, calor, dolor e hinchazón de las mismas.
La gravedad puede variar desde ligeras molestias hasta una importante limitación de su movilidad, debida a la inflamación, que de mantenerse en el tiempo, puede llegar a afectar crónicamente a la articulación, provocando una incapacidad funcional permanente.
¿Cuáles son los tipos de artritis más comunes?
- La artrosis u osteoartritis es el tipo más común de artritis. Afecta con mayor frecuencia a articulaciones de los dedos, rodillas y caderas. Suele estar asociada a la edad, produciéndose a causa de cambios degenerativos crónicos de las articulaciones. A veces este tipo de artritis se desarrolla en el lugar donde hubo una lesión o golpe. Por ejemplo, un joven podría golpearse una rodilla jugando fútbol, o sufrir una infección en el seno de una articulación, suponiendo esto un mayor riesgo de padecer artrosis en la articulación dañada, décadas más tarde, incluso cuando la lesión ya había sanado. Otros factores que facilitan el desarrollo de artrosis son la sobrecarga de esfuerzo o la obesidad.
- Artritis autoinmunes: se dan en el seno de una situación de autoinmunidad. Estas son afectaciones en las que son los propios mecanismos de defensa del individuo los que atacan y dañan a diferentes partes del mismo, entre ellas las articulaciones. La artritis reumatoide es la más conocida de estas dolencias. Se localiza más a menudo en los huesos de las manos y de los pies, aunque también puede dañar grandes articulaciones como las rodillas, pudiendo, por otro lado, dañar a otros órganos. El lupus es otra de las enfermedades autoinmunes que puede provocar inflamación de las articulaciones.
- Artritis infecciosa: un gran número de agentes infecciosos pueden atacar a las articulaciones. Suelen ser localizadas en una única articulación. El germen causante puede introducirse directamente por una herida en la piel, o llegar a la articulación a través de la sangre, desde otro foco infeccioso. Los más frecuentes son la enfermedad de Lyme, las infecciones por Staphylococcus, la tuberculosis y la gonorrea.
- Otro tipo común de artritis es la gota. Esta condición resulta cuando cristales de urato se acumulan en las articulaciones. Usualmente, afecta el dedo gordo del pie, pero muchas otras articulaciones pueden verse afectadas.
¿Cuáles son los síntomas y/o signos de advertencia?
Los síntomas clásicos son los de la inflamación de la articulación: dolor, enrojecimiento y calor de la articulación afectada. Con el tiempo, se pueden establecer otros síntomas:
- Rigidez, dificultad para la movilización que puede llevar a la impotencia funcional
- Hinchazón (a veces)
- Deformidad
- Fiebre
- Sarpullido o picazón.
Si tiene alguno de estos síntomas, y especialmente si persisten durante más de dos semanas o un período más prolongado, es importante que consulte a un médico. Estos síntomas también pueden ser señales de otras enfermedades. El diagnóstico y el tratamiento precoz pueden limitar el daño a las articulaciones afectadas por la artritis.
¿Cuáles son las causas?
Existen diferentes causas de artritis. En algunas de ellas el daño se limita a las articulaciones, en otras, se desarrolla en el seno de una enfermedad sistémica, pudiendo verse afectados muchos otros órganos. Las principales pertenecen a los grupos ya descritos anteriormente: artrosis, artritis infecciosas, enfermedades autoinmunes, y depósitos de cristales. Dentro de cada una de estas, las causas que las provocan son múltiples, y en gran parte desconocidas. En muchas de ellas, sin embargo, se juntan diversos factores que llevan al daño articular:
- Material genético que se hereda de los padres
- Un defecto en el sistema inmunológico, que normalmente protege al organismo contra la invasión de bacterias y virus. En algunos casos, es posible que el sistema no responda de manera adecuada a la infección y, en cambio, ataque a los tejidos propios del cuerpo.
- Un defecto en el cartílago o en la unión de las articulaciones.
- Lesión o traumatismo en una articulación.
- Una bacteria, un hongo o un virus que puede infectar las articulaciones.
- Algunos factores, que aumentan el riesgo de ciertos tipos de artritis, se pueden modificar; estos incluyen: obesidad, debilidad muscular, movimientos repetitivos.
¿Existe una cura?
Esto dependerá del tipo de artritis. En la mayoría de los casos, si se deja a su evolución natural, produce cambios crónicos en las articulaciones que llevan a una impotencia funcional, por lo que es importante consultar a un médico cuando se producen los primeros signos de artritis. En algunos casos, cuando es causada por una infección, la enfermedad se puede curar al detener la infección.
El tratamiento de la artritis debe enfocarse, por un lado, en el tratamiento de la causa subyacente, como puede ser una infección o una enfermedad sistémica y, por otro lado, en el manejo de los síntomas y de la inflamación. Este último es muy importante sobre todo en aquellos casos en los que no existe una causa evidente, o en los que no existe un tratamiento curativo de la misma, ya que aunque no pueden curar la causa en sí, pueden mitigar los efectos del daño articular. Suelen utilizarse analgésicos y antiinflamatorios. En algunos casos se aplican incluso inyecciones intraarticulares de esteroides.
En caso de impotencia funcional, tan solo queda la cirugía como alternativa. Existen diferentes técnicas, entre las que destacan la sustitución de la articulación dañada por prótesis, o la descarga de la articulación mediante remodelación ósea.
¿Cómo se previene?
A continuación se enumeran los pasos que se pueden seguir para reducir el riesgo de contraer ciertos tipos de artritis o disminuir la discapacidad, si ya padece de artritis:
- Evite lesiones en las articulaciones.
- Evite realizar movimientos repetitivos que pudieran dañar u ocasionar lesión en las articulaciones.
- Manténgase en el peso corporal recomendado o pierda peso si está excedido.
- Fortalezca los músculos que rodean las articulaciones, especialmente los de la rodilla; esto permite reducir el riesgo de desgaste de la articulación y prevenir lesiones.
¿Qué médico debo de consultar?
Es posible que el médico de atención primaria, que lo atiende habitualmente, pueda diagnosticar y tratar muchos tipos comunes de artritis. En cuanto a los especialistas que harán el seguimiento y el control de la enfermedad están:
- El reumatólogo. Especialista en el diagnóstico y el tratamiento de la artritis y las enfermedades que comprometen las articulaciones, los músculos y los huesos.
- Traumatólogo: especialista en lesiones agudas de los huesos y las articulaciones, y en la artrosis, serán los indicados para soluciones quirúrgicas.
¿La artritis se hereda?
La herencia juega un papel importante en algunos tipos de artritis, pero no es el único factor desencadenante en la mayoría de los casos de tipos comunes de artritis y enfermedades relacionadas (incluyendo la artrosis y la artritis reumatoidea). Otros factores, tales como el estilo de vida y los acontecimientos que se suceden durante su vida, también pueden determinar el desarrollo o no de la artritis.
Los científicos han identificado algunos marcadores genéticos para ciertos tipos de artritis. Los marcadores genéticos pueden indicar un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de artritis, lo cual no significa necesariamente que usted desarrollará la artritis.
¿Los cambios en clima influyen?
Las condiciones climáticas no son una causa de la artritis, pero pueden influir en cómo se siente el paciente. El clima no hace que la enfermedad mejore o empeore. Algunos factores climáticos capaces de aumentar el dolor o la rigidez son:
- El clima frío
- La humedad de la lluvia o la nieve
- Un descenso de la presión barométrica y un aumento de la humedad justo antes de una tormenta.
Algunas personas experimentan una mejoría en los síntomas de la artritis en zonas cálidas y secas. Se recomienda que antes de mudarse a una zona de clima diferente, hable con su médico e intente realizar visitas cortas al lugar en las distintas estaciones del año para ver cómo se siente.
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Autor(es): Luis Maita, Obra: Artritis, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/infecciones/infecciones-del-sistema-musculoesqueletico/artritis
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