Dolor de espalda de origen cervical
Se denomina cervicalgia al dolor localizado en la parte posterior del cuello, sobre la columna cervical. Esta es una de las causas más frecuentes de consulta tanto en los servicios de urgencia como en las visitas al médico de cabecera o al traumatólogo.
Causas de la cervicalgia
Existen múltiples enfermedades que pueden dar lugar a dolor en la columna cervical, pero las tres causas más comunes son la artrosis de las últimas vértebras cervicales, los traumatismos por accidente de tráfico y deportivos, y las enfermedades que cursan con contractura muscular.
Datos concretos
Alrededor del 25% de los varones y el 34% de las mujeres han tenido alguna vez un episodio de cervicalgia en su vida. Hasta los 60 años, los cuadros de dolor en la columna cervical son más frecuentes en las mujeres, pero a partir de esta edad los términos se invierten y son los hombres los que los sufren en mayor proporción.
Profesiones relacionadas con el dolor cervical
La existencia de dolor en la región cervical está muy relacionada con el tipo de trabajo que se realice. Es frecuente en profesiones muy sedentarias. La falta de ejercicio hace que los trabajadores tengan una musculatura muy débil en el cuello, resintiéndose con gran facilidad en cuanto se realiza un trabajo un poco más duro de lo habitual.
También es frecuente en aquellos oficios que exigen una gran sobrecarga de la musculatura cervical, debido a que trabajan muchas horas con el cuello inclinado hacia adelante. En este caso puede que la musculatura no sea débil, pero el esfuerzo al que se le somete es mayor que su resistencia, apareciendo por ello el dolor. Ejemplo típico de estas profesiones son las mecanógrafas, las costureras y las personas que pasan largos periodos frente a la PC o se encuentran en una cadena de montaje.
La edad como factor desencadenante
La edad es un factor determinante en el origen de la aparición de dolor en la columna cervical, de tal modo que hasta un 85% de la población por encima de los 65 años está afectada de artrosis.
Los cambios artrósicos de la columna cervical en las primeras décadas de la vida son muy infrecuentes. Se podría afirmar que mientras que en gente joven o de mediana edad las causas de dolor cervical están muy relacionadas con los traumatismos y con las sobrecargas de la musculatura por la profesión o por problemas posturales, en la gente por encima de los 60 años la causa más frecuente de dolor es la artrosis cervical.
Los traumatismos
La columna cervical es la región de la columna vertebral con mayor proporción de lesiones por traumatismos si se compara con las otras zonas de la columna. Este aumento de frecuencia parece estar relacionado con la gran movilidad de la columna cervical, su escasa protección, así como el gran volumen y peso de la cabeza. Los dos tipos de traumatismos más frecuentes en el cuello son los producidos por accidentes de tráfico y por accidentes deportivos:
Traumatismos por accidentes de tráfico
En los accidentes de tráfico habitualmente se producen las lesiones de la columna cervical por dos mecanismos. Uno de ellos es la aceleración brusca, que se da cuando al encontrarse el coche detenido viene otro vehículo por detrás y le golpea. En este caso, la cabeza se mueve bruscamente hacia atrás y se lesionan todos los ligamentos y los músculos de la parte delantera de la columna.
El segundo mecanismo lesional se produce cuando, estando el coche en marcha a gran velocidad, choca bruscamente contra algo, es, por tanto, un mecanismo de deceleración. En este caso, la cabeza se desplaza bruscamente hacia adelante y las lesiones se producirán en la parte de atrás de la columna.
En muchos casos se dan los dos fenómenos, primero la cabeza va hacia adelante o hacia atrás para luego irse hacia el lado contrario, a esto se denomina lesión en latigazo por su semejanza al movimiento brusco del látigo.
La evolución de estas lesiones es muy variable y depende de varios factores, entre ellos de la gravedad de la lesión que suele venir dada por la velocidad del impacto entre ambos coches. No es infrecuente encontrarnos con casos de esguinces cervicales (lesión de los ligamentos de la columna cervical) que continúan con molestias en el cuello durante un año o año y medio.
Traumatismos por accidentes deportivos
Los accidentes deportivos ocurren sobre todo en la práctica de deportes de equipo y contacto físico, como el futbol o baloncesto.
Especialmente graves son las lesiones producidas al tirarse al agua desde una gran altura, tanto en piscinas como en ríos con poca profundidad. El impacto de la cabeza con el suelo de la piscina o con alguna piedra produce una fractura en la columna, habitualmente a nivel de la quinta y sexta vertebra cervical. En algunos casos, el paciente queda tetrapléjico sin poder mover los brazos ni las piernas de manera irreversible, además presenta una pérdida de la sensibilidad en todo el cuerpo por debajo del cuello.
Síntomas
El cuadro clínico de la cervicalgia suele ser de dolor en la nuca que se puede extender hacia los hombros y hacia la cabeza. El dolor puede aparecer de forma gradual, siendo al principio de baja intensidad para ir aumentando posteriormente. Otras veces, la aparición del dolor es repentina y muy intensa. El dolor puede acompañarse de chasquidos, sensación de peso, rigidez con movilidad limitada y a veces de sensación de hormigueo en los brazos y las manos. El dolor suele mejorar con el reposo, aunque no es infrecuente que se empeore en la cama durante la noche.
Cuando el origen del dolor está causado por alguna patología que comprime algunas de las raíces nerviosas que salen de la columna cervical, el paciente puede presentar una disminución de la fuerza a nivel de los músculos del brazo, antebrazo o mano, e incluso una disminución de la sensibilidad de alguna parte del miembro superior.
El síndrome de insuficiencia vertebro-basilar
Mención especial merece el llamado síndrome de Barre-Lieou o síndrome de insuficiencia vertebro-basilar, más frecuente entre las mujeres y caracterizado por dolores de cabeza y dolor en el cuello con trastornos visuales y auditivos. A veces, el enfermo tiene una gran sensación de inestabilidad que hace que deba caminar agarrándose a los muebles o a otras personas, debido al temor a caerse. Además de la inestabilidad, el paciente se queja frecuentemente de vértigos, acompañados de náuseas, sudoración y mal estado general. El cuadro suele aparecer o empeorar en situaciones de gran tensión emocional.
Este cuadro es producido por una importante disminución del flujo de sangre al cerebro originado por una obstrucción de las arterias vertebrales. Esta puede ser debida a una deformidad de las vértebras o por giros de la cabeza que las colapsan. Hay que destacar que la artrosis por sí sola no produce estos síntomas tan aparatosos, por lo que se debe asociar a cuadros de mala circulación cerebral por arteriosclerosis.
Cuando la artrosis es muy severa o existe una hernia cervical, el paciente además del dolor puede presentar dificultades para caminar y alteraciones en el control de la orina o la defecación. Esto se dará sólo en casos muy avanzados, a los que los enfermos no deben llegar sin haber sido vistos antes por el especialista.
Diagnóstico de los trastornos cervicales
Las dolencias de la columna cervical se diagnostican fundamentalmente con las radiografías simples y con la resonancia magnética, esta última de extrema utilidad en esta zona.
Radiografías simples
La radiografías simples dan información del estado en que se encuentra el hueso, pudiendo comprobar si existen grandes osteofitos (prolongaciones en forma de picos del loro) que puedan comprimir el esófago por delante o la médula por detrás.
También se puede observar si las pequeñas articulaciones entre una vértebra y otra están estrechadas e irregulares o si los discos son de una altura normal o han disminuido, indicando así una patología discal. Es muy importante comprobar la alineación de la columna cervical, verificando si existe una rectificación de la misma o una escoliosis.
Resonancia magnética
Esta prueba proporciona información detallada acerca de la existencia de un problema a nivel del hueso de la columna cervical. Es muy útil, por ejemplo, para el diagnóstico de los tumores o infecciones vertebrales. Pero la gran utilidad de la resonancia es su capacidad para mostrar si existen problemas a nivel de los discos, como son las hernias discales o las protrusiones.
Además de decir si existe, muestra en que grado la hernia está comprimiendo la médula o las raíces nerviosas. Esta información es vital a la hora de tomar una decisión en cuanto a si el enfermo precisa cirugía o no. La resonancia también sirve para comprobar el estado de los ligamentos, además de ofrecer imágenes de los músculos y tendones.
Tomografía axial computarizada
La tomografía axial computarizada tiene menos aplicaciones en esta región que en la columna lumbar, debido a que las imágenes obtenidas a través de la resonancia son de una mejor calidad en la columna cervical.
Enfermedades que originan dolores cervicales
El dolor a nivel de la columna cervical puede tener origen en enfermedades generales que afectan a otras partes del organismo y que de forma añadida pueden lesionar la columna.
Enfermedades reumáticas
Pueden ser causa de dolores cervicales, cualquiera de la gran cantidad de enfermedades reumáticas existentes, pero hay que destacar dos de ellas: la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante. Las enfermedades reumáticas afectan a múltiples articulaciones como son las manos, las rodillas o las caderas, pero afectan especialmente a la columna y sobre todo a la columna cervical, donde pueden llegar a destruir las articulaciones. El dolor, aunque sea continuo, puede tener épocas en que se incremente notablemente porque estas enfermedades tienen brotes de empeoramiento.
Infecciones
Las infecciones producidas por gérmenes como el de la brucelosis, también llamada fiebre de malta, o el de la tuberculosis, suelen destruir los huesos de las vértebras. Los enfermos pueden sufrir grandes dolores y deformidades como las que se producen en el Mal de Pott o tuberculosis vertebral. En los casos de infecciones de la columna, además del dolor muy intenso, suele haber fiebre y una gran alteración del estado general con pérdida de peso y palidez.
Tumores
Los tumores, aunque muy rara vez, también se pueden encontrar en la columna cervical. Dichos tumores pueden ser benignos o malignos. Los más frecuentes son las metástasis, que es la afectación de la columna cervical por la invasión de células que proceden de tumores malignos que se originan en otros órganos. Los tumores originales del hueso de la columna cervical son excepcionalmente raros.
Tratamiento de la cervicalgia
El tratamiento del dolor cervical tiene como objetivo eliminar el mismo y disminuir la rigidez del cuello. El 80% de las cervicalgias suelen mejorar en menos de tres semanas, independientemente del tratamiento que se aplique.
Algo que hay que destacar, es que la problemática de origen psicológico y social del paciente puede ser causa de dolor cervical con gran frecuencia. Estos factores parecen influir más en los problemas de la columna cervical que en los de otras regiones de la columna. Es frecuente que el origen del dolor sea ocasionado por insatisfacción laboral, problemas familiares, problemas afectivos o depresiones. El tratamiento de los problemas de la columna cervical se debe basar en dos pilares, la medicación y la rehabilitación.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico se centra en el consumo de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos, así como en el tratamiento de la contractura muscular con relajantes musculares.
Tratamiento rehabilitador
- Cuando el dolor es muy agudo se recomienda reposo en cama durante uno o dos días, hasta que cedan las molestias un poco.
- El uso de collarín cervical es controvertido, existen especialistas a favor de su uso, otros, en cambio, están en contra. El collarín produce una inmovilización parcial de la columna cervical, impidiendo en gran parte el movimiento del cuello. Otra función es la de producir una ligera tracción que ayuda a relajar la musculatura y a descomprimir los nervios. No se recomienda su uso durante más de tres o cuatro semanas porque puede producir un efecto perjudicial, ya que debido a la inmovilización de la columna, se pierde una gran cantidad de musculatura, con la consiguiente debilidad y disminución de la resistencia que hacen que no se puedan realizar trabajos que sobrecarguen el cuello mínimamente.
- Existen dos tipos de collarines. Uno es el rígido que está confeccionado de un material plástico duro y que inmoviliza muy bien el cuello, pero es muy incómodo de llevar. El otro tipo es el collarín blando, fabricado en gomaespuma, menos rígido que el anterior y, por lo tanto, más cómodo de llevar, pero inmoviliza mucho menos.
El collarín puede llevarse continuamente o a tiempo parcial. El uso del collarín por la noche es a veces más efectivo que durante el día, porque impide que el cuello adopte posturas forzadas que pueden incrementar el dolor y la contractura.
Recomendaciones para un paciente con problemas cervicales
- Evitar posturas de flexión o rotación del cuello durante un tiempo prolongado, como por ejemplo: leer o estudiar con el libro apoyado en una mesa muy baja. Estas posturas se pueden evitar leyendo en asientos con reposabrazos o poniendo los libros en un atril en la mesa.
- Elevar el ordenador o la televisión para que quede la pantalla a la altura de los ojos.
- Dormir en un colchón firme, aunque no rígido. Usar almohadas blandas y delgadas, de unos 20 centímetros de diámetro, aplastadas en el medio.
- La mejor postura para dormir es boca arriba o de lado, evitando dormir boca abajo.
Origen del dolor de espalda
Manejo clínico del dolor de espalda
El dolor de espalda suele estar centrado en una región de la columna vertebral, adquiriendo una denominación diferente dependiendo de la zona en que se localice. Cuando el dolor se asienta en la región cervical se denomina cervicalgia, si se localiza en la región dorsal o torácica se denomina dorsalgia y si es en la región lumbar, lumbalgia o lumbago.
Desde el punto de vista de la evolución, se dirá que es un proceso agudo si el dolor es de aparición brusca y ha pasado poco tiempo desde el inicio del cuadro. Por el contrario, cuando el enfermo se viene quejando de dolor en la espalda por espacio de meses o años, se puede hablar de un proceso crónico.
El dolor puede localizarse en un punto fijo o puede extenderse hacia otras áreas como son los brazos o las piernas, a esto se le denomina dolor irradiado.
Cómo se diagnostica la enfermedad
Históricamente, se consideró todo dolor lumbar como un reumatismo, un lumbago o una ciática. Esta simplificación se debió al gran desconocimiento del origen del problema. Hoy en día es posible un mejor estudio del paciente, con una mayor comprensión del problema y un mejor tratamiento, debido al progreso de la tecnología.
La aparición de la tomografía axial computarizada (TAC) y de la resonancia magnética, ha supuesto un avance revolucionario en el diagnóstico por imágenes de las enfermedades de la columna vertebral.
Otros síntomas del enfermo
Además del dolor, el paciente puede referir debilidad muscular. Muchos enfermos son incapaces de ponerse de pie o de puntillas. Otro síntoma frecuente es la aparición de sensación de hormigueo o falta se sensibilidad, así como sensaciones desagradables de frío, calor o quemazón.
En los casos muy graves, el enfermo puede ser incapaz de contener la orina o la defecación voluntariamente.
Dolor agudo de espalda con o sin ciática
Hay que distinguir dos tipos de pacientes agudos. Un primer tipo es el formado por aquellos pacientes que tienen un episodio de dolor de espalda por primera vez en su vida. El segundo tipo está compuesto por aquellas personas que tienen episodios repetidos de dolor de espalda, pero que pasan grandes temporadas sin ningún dolor.
Estos dos tipos de pacientes suelen recuperarse en un espacio corto de tiempo. No siendo necesario un diagnóstico certero del problema, ni el uso de aparatos sofisticados o análisis de laboratorio complicados. El diagnóstico se hace basándose en los síntomas y en la exploración clínica.
Diagnóstico del problema
La exploración radiológica sólo suele ser de provecho en las siguientes situaciones:
- Cuando el paciente tiene una historia de traumatismo de la columna vertebral de gran intensidad, que haga sospechar una fractura, como en el caso de los accidentes de tráfico o caídas desde una gran altura.
- Cuando el paciente tiene una historia conocida de cáncer o de osteoporosis severa que pudiera haber afectado gravemente al hueso, debilitándolo de tal modo que pudiera ser causa de fractura o de destrucción del mismo.
- Cuando el dolor se acompaña de parálisis motora, deficiencias en la sensibilidad o incontinencia urinaria o fecal. En estos casos hay que sospechar que algo importante está pasando en la columna vertebral, puesto que existe una lesión del nervio que ha provocado la parálisis o la incontinencia. Lesión que hay que diagnosticar con prontitud, ya que puede ser necesario tener que intervenir quirúrgicamente antes de que existan secuelas definitivas.
Tratamiento del dolor agudo de espalda
El tratamiento recomendado en estos casos agudos se basa en tres principios:
- Reposo hasta la desaparición del dolor.
- Reducción del espasmo muscular.
- Reducción de la inflamación.
El reposo como tratamiento del dolor
La duración del reposo en cama recomendada para estos casos es de 48 horas. El reposo no se debe prolongar por encima de este tiempo porque la inactividad en sí misma puede originar algunos trastornos que se deben evitar, como es el caso de la atrofia muscular o la osteoporosis, debido a la descalcificación por no recibir el hueso carga alguna, haciéndose más frágil y vulnerable. Por último, también existe la posibilidad de provocar depresiones psicológicas en el paciente debido a las muchas horas sin ocupación alguna.
Tan pronto como el dolor disminuya, el paciente debe comenzar a levantarse, protegiendo la parte dolorida con una faja y evitando aquellas actividades que puedan agravar el dolor, como levantar peso, hacer deporte, trabajar, etcétera.
La reducción del dolor se consigue con el uso de analgésicos por vía oral o mediante inyección intramuscular e incluso con algunas medidas de rehabilitación como la aplicación de calor o frío, las manipulaciones, la acupuntura, etcétera.
Tratamiento del espasmo muscular
El espasmo muscular acompaña, en muchas ocasiones, al dolor que surge de la parte inflamada o dañada de la columna vertebral, pero a veces es en sí mismo causa de dolor debido a la contracción mantenida del músculo. El espasmo muscular es el responsable de que el paciente no pueda realizar determinados movimientos, quedando con una gran rigidez. A veces, el paciente acude a los servicios de urgencias de los hospitales, ya que se asusta porque es incapaz de colocarse completamente estirado o tiene el cuello y la cabeza totalmente girados.
Para combatir el espasmo muscular se utilizan relajantes musculares, así como la aplicación de algunas medidas de rehabilitación como son el uso del frío, el calor, el masaje local o los ultrasonidos.
Tras el tratamiento, se vuelve a valorar al paciente a las cuatro o seis semanas. Si el paciente ha ido mejorando progresivamente, se debe continuar con el mismo tratamiento durante otras cuatro a seis semanas, hasta que el dolor desaparezca completamente. Por el contrario, si el paciente no ha mejorado o ha empeorado, el enfermo debe ser considerado como un enfermo crónico, pasando a realizar los pasos que en el capítulo de dolor crónico se explican.
Cuando el paciente, además de dolor lumbar o lumbalgia, tiene dolor en las piernas, es decir, tiene una irradiación ciática, se debe seguir el mismo tratamiento durante seis a ocho semanas, puesto que un gran número de estos pacientes mejora considerablemente sin tener que utilizar otras medidas.
Si no hay mejoría tras este periodo de tiempo, se deben empezar a realizar pruebas de diagnóstico como la TAC o la resonancia magnética, con el fin de descartar una hernia discal que pueda precisar tratamiento quirúrgico.
Rehabilitación
Un aspecto que no hay que descuidar en los pacientes con lumbalgia aguda es la rehabilitación. Tras la disminución del dolor, el paciente debe ir recuperando la potencia muscular y la resistencia previa para irse incorporando a su trabajo progresivamente. Siguiendo esta pauta de tratamiento, el 90% de los pacientes se incorporan a sus trabajos previos y al mismo nivel que tenían antes del episodio de lumbalgia.
Dolor de espalda de origen lumbar
El dolor lumbar es extremadamente común. Se calcula que aproximadamente entre un 65 y un 80% de la población lo ha padecido alguna vez. El dolor lumbar es el origen de 1/3 de las consultas de traumatología y reumatología. La lumbalgia es la causa del 5% de las consultas de medicina general. Un 60% de las bajas laborales están originadas por dolores de espalda a nivel lumbar. Esto nos da una idea de la magnitud y de la frecuencia del dolor de espalda.
Causas que originan una lumbalgia
La patología de la columna lumbar es muy similar a la de la columna cervical. La mayoría de los dolores de espalda con origen en esta región son producidos por problemas degenerativos como es la artrosis. Sólo una pequeña cantidad de pacientes presentan signos de compresión nerviosa, y cuando esta aparece, suele ser debida a un problema discal como es un prolapso discal o una hernia de disco.
Es un error pensar que todo dolor lumbar es producido por una hernia de disco. Sólo un 5% de las lumbalgias son por hernias discales. Las causas que originan problemas discales en esta zona con tanta frecuencia son desconocidas.
Los discos lumbares se van debilitando con la edad fisurándose con más facilidad. Se sabe que los discos aguantan bien las fuerzas de compresión, pero no toleran bien las fuerzas que se originan en los giros. Estos dos factores hacen que a una determinada edad y en determinados trabajos se originen con frecuencia problemas discales.
La edad es un factor determinante. Normalmente, el dolor de espalda comienza en la segunda década de la vida, para ir aumentando en frecuencia hasta la quinta década. Luego empieza a decrecer.
La ciática suele aparecer a partir de la segunda década de la vida, muy raramente antes y suele darse con mayor frecuencia entre los 30 y los 40 años.
Síntomas
El dolor lumbar, aunque en ocasiones puede ser intermitente, suele ser un dolor fijo que normalmente aumenta con los movimientos y en determinadas posiciones, acompañándose muy a menudo de una intensa contractura muscular.
El dolor generalmente mejora con el reposo. Si el dolor aumenta con el reposo y es más intenso durante la noche, se debe sospechar de la existencia de un tumor.
Cuando el dolor lumbar es producido por una estenosis o estrechamiento del canal lumbar, se puede producir una claudicación neurológica, que consiste en que el paciente nota un aumento del dolor lumbar y en la pierna cuando camina, desapareciendo al descansar. Esta situación suele ser opuesta a la de los pacientes con una hernia discal que se encuentran mejor caminando o de pie.
Diagnóstico
En la exploración se suele encontrar una dificultad para doblar y extender la columna lumbar debido a la contractura muscular. En ocasiones, el enfermo está ligeramente inclinado hacia un lado y se aprecia un endurecimiento de la musculatura de la zona. La palpación de la zona puede ser dolorosa y, en los casos en que hay una compresión nerviosa, el paciente tiene debilidad muscular, no pudiéndose colocar de puntillas o de talones, y se queja de hormigueo a lo largo de la pierna. Los reflejos pueden estar ausentes.
Cuando el paciente tiene un proceso crónico, se puede apreciar como la musculatura de la pierna se va perdiendo, notándose mucho más delgada que la del otro lado.
Exploración radiológica
La evaluación radiológica de la columna permite descartar que existan problemas serios como tumores o infecciones, pero no está justificada en la primera visita al médico, ya que la radiación de una radiografía de columna es unas 15 veces mayor que la que se da para obtener una radiografía de tórax y el beneficio en esa primera visita es muy escaso.
Estudios radiológicos realizados en la población normal, han demostrado que el 75% de los hombres y el 52% de las mujeres presentaban signos de degeneración discal en las radiografías y sólo un 13% se quejaba de molestias de espalda.
De esto se puede deducir que la radiografía de la columna tiene un valor muy relativo en el diagnóstico de los problemas de espalda.
La existencia de escoliosis no tiene valor en enfermos por debajo de los 50 años. Tampoco tiene gran valor la existencia de diferencias en la longitud de las piernas, cuando esta diferencia es de uno o dos centímetros. Sí es importante la diferencia cuando es mayor de cuatro centímetros.
Los tumores afectan a esta región ocasionalmente, produciendo dolor como único síntoma, no suelen darse deformidades o lesiones nerviosas como ocurre en la columna dorsal, donde los tumores son más destructivos.
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Autor(es): Luis Maita, Obra: Origen del dolor de espalda cervical, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/sintomas/dolor-cervical
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