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El cambio de hora en España, que se producirá en la madrugada del 26 al 27 de octubre, afectará de manera especial a niños y adultos mayores, cuyos relojes biológicos son menos flexibles.
El cambio de hora desajusta nuestro reloj interno
Los niños en edad escolar pueden experimentar irritabilidad, problemas de atención y dificultades para conciliar el sueño, mientras que los ancianos pueden sentir fatiga y alteraciones en sus patrones de sueño. Los recién nacidos, sin embargo, no sufren tanto el impacto. Para reducir estos efectos, se recomienda ajustar gradualmente las rutinas de sueño antes del cambio. También se sugiere evitar estimulantes y pantallas antes de dormir, tanto en niños como en adultos. Además, los expertos debaten sobre cuál es el horario más beneficioso para la salud, con algunos apuntando al horario de invierno como el más alineado con los ritmos biológicos humanos.
Los niños pequeños, especialmente aquellos de entre uno y cinco años, son más susceptibles a los cambios debido a que sus relojes biológicos aún están en proceso de maduración. Esto puede provocar dificultades a la hora de dormir y alteraciones en su comportamiento. Por otro lado, los adultos también pueden sentir cambios en su estado de ánimo o experimentar lo que los especialistas llaman un "desfase horario social", donde el horario oficial y el biológico no coinciden plenamente, lo que afecta su rendimiento en las actividades cotidianas. A largo plazo, algunos expertos sostienen que el horario de invierno sería más saludable para las personas, ya que coincide mejor con el ciclo circadiano natural.
Para mitigar el impacto del cambio, se aconseja ajustar los horarios de sueño gradualmente en los días previos, promover la exposición a la luz natural y evitar pantallas y estimulantes antes de acostarse. En conclusión, aunque el cambio de hora afecta a todos en mayor o menor medida, su impacto puede ser reducido con planificación y buenos hábitos.