El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés), es más que una simple molestia estomacal: es una afección que puede arruinar tu día a día, afectando tu salud digestiva y general. Se estima que hasta el 80% de las personas con síndrome del intestino irritable (SII) podrían tener SIBO sin saberlo.
No permitas que el SIBO siga afectando tu calidad de vida. ¡Sigue leyendo y toma el control de tu salud digestiva!
¿Qué es el SIBO?
El SIBO ocurre cuando una cantidad anormal de bacterias, que normalmente se encuentran en el intestino grueso, se acumulan en el intestino delgado.
Este exceso de bacterias interfiere con la digestión y la absorción de nutrientes, lo que puede llevar a problemas digestivos y de salud general. Aunque algunas bacterias son esenciales para la salud intestinal, su exceso en el intestino delgado puede resultar perjudicial.
Cuando estas bacterias proliferan en el intestino delgado, fermentan los alimentos no digeridos, produciendo gases, distensión y malestar. Esta fermentación puede afectar la función intestinal y causar deficiencias nutricionales, así como otros problemas de salud.
Tipos de SIBO
El SIBO se clasifica principalmente en tres tipos, según el tipo de gas que producen las bacterias en exceso y cómo afectan la microbiota intestinal:
- SIBO de hidrógeno: Es el tipo más común. Las bacterias producen hidrógeno en exceso, lo que provoca síntomas como diarrea y distensión abdominal.
- SIBO de metano: En este caso, las arqueas (microorganismos diferentes a las bacterias) producen gas metano, que suele asociarse con estreñimiento, hinchazón y dolor abdominal.
- SIBO de hidrógeno sulfuroso: Es menos común, y las bacterias producen sulfuro de hidrógeno. Los síntomas suelen ser más variados, incluyendo heces de olor fuerte, diarrea y malestar abdominal.
Síntomas
Los síntomas del SIBO pueden variar según el tipo y la gravedad de la afección, pero algunos de los más comunes incluyen:
- Distensión abdominal y gases
- Dolor o calambres abdominales
- Diarrea o estreñimiento (o alternancia entre ambos)
- Náuseas
- Fatiga
- Pérdida de peso no intencionada
- Deficiencias nutricionales, como de vitamina B12 y hierro
Causas
Diversos factores pueden contribuir al desarrollo del SIBO, incluyendo:
- Anomalías anatómicas: Algunas condiciones, como las adherencias postquirúrgicas o divertículos, pueden predisponer al SIBO.
- Disminución de la motilidad intestinal: Trastornos como la diabetes o el síndrome del intestino irritable pueden ralentizar el movimiento de los intestinos, facilitando la proliferación bacteriana.
- Deficiencia del ácido estomacal: Una producción insuficiente de ácido gástrico puede no eliminar las bacterias dañinas adecuadamente.
Factores de riesgo
Algunos factores de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollar SIBO, tales como:
- Enfermedades inflamatorias intestinales (EII)
- Uso crónico de inhibidores de la bomba de protones (IBP)
- Envejecimiento, ya que la motilidad intestinal disminuye con la edad
- Cirugías abdominales previas
SIBO y aumento de peso
Contrario a la creencia popular de que el SIBO solo causa pérdida de peso, algunos pacientes pueden experimentar aumento de peso. La malabsorción y el metabolismo alterado de los nutrientes pueden llevar a un aumento de la grasa corporal. Además, el SIBO puede causar antojos de carbohidratos y azúcares debido a la proliferación bacteriana, contribuyendo a una mayor ingesta calórica.
Es importante identificar la causa del aumento de peso para determinar si el SIBO es un factor contribuyente. Cambios en la dieta y tratamientos específicos pueden ser necesarios para manejar ambos aspectos.
Tratamiento del SIBO
Es fundamental trabajar con un profesional de la salud para encontrar un tratamiento del SIBO más efectivo. El tratamiento del SIBO puede incluir:
- Antibióticos: Como la rifaximina o el metronidazol, para reducir el crecimiento bacteriano.
- Dieta SIBO: Una dieta baja en FODMAPs o específica para SIBO puede ayudar a reducir los síntomas.
Medidas de prevención
Prevenir el SIBO implica mejorar la motilidad intestinal y mantener un intestino saludable. Algunas medidas preventivas incluyen:
- Dieta balanceada: Evitar el exceso de carbohidratos fermentables.
- Ejercicio regular: Promueve una motilidad intestinal saludable.
- Manejo del estrés: El estrés puede afectar la salud digestiva; técnicas como la meditación pueden ser útiles.
Sroka N, Rydzewska-Rosołowska A, Kakareko K, Rosołowski M, Głowińska I, Hryszko T, 2022, Show Me What You Have Inside-The Complex Interplay between SIBO and Multiple Medical Conditions-A Systematic Review, Nutrients, 10.3390/nu15010090, https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36615748/
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Autor(es): Luis Maita, Obra: SIBO: ¿Qué es y cómo afecta tu salud digestiva?, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/enfermedades/enfermedades-digestivas/sibo-que-es
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