Denominamos insuficiencia renal aguda a la pérdida de la función de ambos riñones que se produce de forma brusca y que en general se recupera en un periodo limitado de tiempo. A continuación explicamos de una manera sencilla y breve de que se trata esta enfermedad renal.
Descripción
Los riñones cumplen funciones vitales en nuestro organismo:
- Eliminan las sustancias de desecho.
- Producen hormonas para la formación de hueso y de glóbulos rojos.
- Regulan la presión arterial.
- Controlan el agua y las sales de nuestro organismo: equilibrio hidro-electrolítico.
Estas funciones básicas las realiza gracias a unas estructuras llamadas glomérulos que se encargan de filtrar la sangre y recoger las sustancias de desecho y el exceso de agua, formando la orina. Si por cualquier circunstancia deja de funcionar, se acumulan las sustancias de desecho, las sustancias tóxicas y el agua, se altera la producción de glóbulos rojos y el metabolismo normal de los huesos.
Todos estos hechos originan una serie de síntomas:
- Debilidad.
- Fatiga.
- Mareos.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Disminución del apetito.
- Cambios en el ritmo y aspecto de la orina.
- Aumento de la presión arterial.
- Inflamación de determinadas partes del cuerpo por acumulación de líquidos.
- Alteración del sueño.
- Calambres.
- Dolores musculares.
Si aparecen algunos de estos síntomas, acuda a su médico para que le examine y determine la causa que los provoca. Un diagnóstico precoz de la enfermedad renal da la posibilidad de instaurar un rápido tratamiento que evite el daño permanente de los riñones.
Desgraciadamente, no siempre se consigue controlar la evolución de la enfermedad y se llega a un fallo permanente en su función, que se conoce como Insuficiencia renal. Distintas enfermedades pueden desencadenar un fallo renal permanente, con unos síntomas que pueden ser controlados por el médico con la colaboración del paciente, pero puede que a pesar de un buen control, se termine haciendo necesaria la diálisis.
Si la detección del problema renal es precoz y conserva cierta funcionalidad, puede, con el tratamiento que le indique el médico, llevar una vida libre de la necesidad de someterse a diálisis. En caso contrario, puede ser necesario comenzar con alguna de las distintas modalidades de tratamiento que existen para reemplazar la función renal, ya que de lo contrario existe el riesgo de perder la vida.
El grado de funcionalidad que tiene el riñón es lo que llamamos Función renal Residual (FRR), que va descendiendo hasta que se hace necesaria la diálisis o el trasplante (cuando ya no es capaz de realizar una limpieza de la sangre adecuada).
Muchas de las enfermedades renales tienen como consecuencia más grave la pérdida de función de este par de órganos vitales que son los riñones.
La insuficiencia renal es una pérdida de función alterada o no el medio interno según se vea afectado un solo riñón o los dos a la vez. Cuando la enfermedad afecta sólo a un riñón, el otro tiene la capacidad suficiente para seguir filtrando todas las toxinas y eliminando el exceso de agua y sales minerales, sin que se afecte tampoco su capacidad para secretar hormonas. Pero si la lesión alcanza a los dos riñones a la vez, entonces la amenaza contra la vida será mayor o menor en función de la gravedad del daño.
La insuficiencia renal crónica es la incapacidad para cumplir las funciones renales instaurada lentamente por la progresiva inutilización de nefronas que se expresa mediante una disminución, también lenta y progresiva, del filtrado glomerular. La capacidad de adaptación del riñón es muy amplia y la situación patológica es bien tolerada hasta que sólo quedan intactas un número mínimo de nefronas. Pero llegado a un punto límite de disminución de la filtración glomerular, las consecuencias para el organismo son muy negativas. Comienza a desequilibrarse el medio interno y se ponen de manifiesto de forma progresiva un gran número de alteraciones derivadas del acumulo de agua, sales minerales y toxinas y de la disminución de la secreción de erotropoyetina y vitamina D por el riñón.
Muchas de las enfermedades del riñón, sobre todo si no se tratan adecuadamente y se prolongan en el tiempo, pueden llevar a esta situación de daño irreversible. Pero no sólo las enfermedades específicas del riñón causan lesiones a ese nivel. También existen otras enfermedades del organismo en general como la diabetes o la hipertensión que van dañando los vasos renales progresivamente y al cabo de algún tiempo puede ser un problema para el que lo padece. Durante mucho tiempo (generalmente años) y hasta que se llega a una situación terminal de disminución extrema de la filtración glomerular, el organismo se va adaptando a la situación y es posible ayudar al riñón a mejorar el equilibrio interno con distintos fármacos y con una dieta adecuada. Pero estas medidas al final son insuficientes y es necesario someter al paciente a un programa de diálisis que sustituya a su riñón mientras se encuentra un órgano nuevo para trasplantárselo.
Causas
Posibles causas de daño renal:
- Enfermedades hereditarias.
- Enfermedades inflamatorias de los riñones (nefritis).
- Diabetes.
- Hipertensión arterial.
- Cálculos o piedras en el riñón.
- Infecciones.
- Trastornos de la circulación sanguínea.
- Tumores.
- Ingestión de productos tóxicos.
- Complicación tras una cirugía
A estas causas hay que añadir:
Factores de riesgo
- Edad: la insuficiencia renal crónica es seis veces más frecuente entre los 65 y los 75 años que entre los 20 y 25 años.
- Raza: las personas de raza negra tienen tres veces más probabilidad de desarrollar una insuficiencia renal crónica.
- Sexo: más frecuente en varones.
- Historia familiar: en algunas enfermedades que provocan insuficiencia renal crónica se ven antecedentes familiares.
Epidemiología
El análisis de datos a nivel mundial ha revelado que cerca de 500 millones de adultos padecen Enfermedad renal crónica (ERC). La ERC afecta a uno de cada 7 adultos en España, una prevalencia más elevada que la estimada en estudios previos en nuestro país y similar a la observada en Estados Unidos.
Las Islas Canarias ocupa el primer puesto por el número de pacientes que inician tratamiento renal sustitutivo (TRS). El crecimiento de la población en diálisis ocurre fundamentalmente con base en el incremento del número de enfermos mayores de 60 años y, especialmente, de aquellos mayores de 70 años, que son aceptados para iniciar TRS.
Es posible comprobar un aumento de la incidencia de Nefropatía diabética, que llega a alcanzar el primer lugar entre las causas de inicio de diálisis. Existe una causa muy clara para este aumento de incidencia de Nefropatía diabética y es el envejecimiento, tanto de la población general, como de aquella que es seleccionada para comenzar el TRS.
Los problemas cardiovasculares son la principal causa de fallecimiento entre los pacientes de insuficiencia renal crónica terminal en TRS, incluso dentro del grupo de enfermos que han recibido un injerto renal.
La incidencia media en España, en el año 1998, fue de 116.5 en el año por millón de habitantes (en Canarias, 187).
La tasa media de prevalencia fue de 747,7 por millón de habitantes y las comunidades con mayor número de enfermos son Canarias, Cataluña y Valencia.
La prevalencia media de trasplante renal como medida de Terapia renal Sustitutoria (TRS) fue de 44.1%.
En cuanto al sexo, el número de hombres que iniciaron la TRS fue superior al de mujeres en todos los grupos de edad, pero la proporción tiende a igualarse por encima de los 75 años.
Síntomas
Como la funcionalidad de los riñones disminuye gradual y progresivamente, no existen manifestaciones clínicas al principio. Los primeros síntomas aparecen cuando se encuentra afectado el 70-80% del órgano o hasta que el índice filtración es inferior al 20 o 25% de los valores normales.
Las manifestaciones clínicas pueden ser muy variadas:
- Náuseas.
- Vómitos.
- Diarreas.
- Cefaleas.
- Vértigos.
- Somnolencia.
- Convulsiones.
- Sudoración.
- Etc.
Insuficiencia Renal Aguda
Se manifiesta primeramente por una disminución del volumen de orina formado (oliguria e incluso anuria), con la consecuente sobrecarga de agua y sales y la acumulación de toxinas (azoemia).
La sobrecarga de líquido y sales que no son eliminados puede ser tan importante que llegue a provocar la incapacidad del corazón para bombear adecuadamente tanto volumen de sangre, produciendo incluso un grave fallo circulatorio. El acúmulo de derivados nitrogenados es rápido y se manifiesta clínicamente por somnolencia, alteraciones del comportamiento y coma en los casos graves. El paciente presenta también alteraciones digestivas que consisten en disminución del apetito, náuseas y vómitos y un aliento característico denominado “fetor urémico”.
PUNTOS CLAVE
- Manifestaciones de la insuficiencia renal aguda.
- Disminución de la producción de orina
- Acumulación de toxinas del metabolismo (azoemia)
- Sobrecarga de agua y sales minerales
- Hipertensión
- Somnolencia, obnubilación y coma
- Alteraciones del comportamiento
- Disminución del apetito, náuseas y vómitos
- Olor característico del aliento.
Insuficiencia Renal Crónica
Los pacientes adelgazan progresivamente y es frecuente la falta de apetito y el cansancio. El color de la piel es pálido-amarillento y suele existir sequedad y picor generalizado de la misma. Se desarrolla hipertensión y la sobrecarga crónica del sistema circulatorio puede desembocar en insuficiencia cardiaca. Los huesos pierden el correcto equilibrio metabólico por la falta de vitamina D y no son infrecuentes las fracturas ante traumatismos leves.El déficit de eritropoyetina hace que disminuya la formación de glóbulos rojos en la médula ósea, desarrollándose anemia... Y así progresivamente hasta que llega a producirse fallo de casi todos los órganos del cuerpo, desde el sistema nervioso hasta el sistema inmunitario.
Anemia
Hay una disminución de los glóbulos rojos porque los riñones no pueden producir una sustancia fundamental para elaborarlos, que es la eritropoyetina. Debido a la anemia se presentan une serie de síntomas:
- Fatiga.
- Debilidad
- Malestar general.
El organismo necesita tener suficiente hierro, hemoglobina y eritropoyetina para producir los glóbulos rojos. Hasta hace poco, la única solución era practicar transfusiones de sangre, pero había que repetirlas cada cierto tiempo. Actualmente, con la aparición de la Eritropoyetina sintética (EPO) muchos pacientes se han podido beneficiar. Se suele poner por vía subcutánea, pero en los pacientes que están sometidos a diálisis se puede utilizar la intravenosa aprovechando la asistencia al centro de tratamiento.
Todas las personas que utilicen EPO, deben vigilar la tensión arterial, ya que puede aumentar al tener la sangre más glóbulos rojos.
Con la EPO van a conseguir una mayor calidad de vida, se aumenta la capacidad de hacer ejercicio físico, mejora el apetito y la función sexual.
Una vez que se ha realizado el trasplante, la anemia mejora porque el nuevo órgano puede producir eritropoyetina; si, con el tiempo, el órgano implantado pierde parte de su función, la anemia puede aparecer de nuevo, por lo que es conveniente que se vuelva a administrar EPO subcutánea.
Diagnóstico
El diagnóstico causal de la enfermedad no siempre es posible realizarlo porque la Insuficiencia renal crónica es el proceso final de muchas enfermedades. El diagnóstico clínico es también difícil por el largo tiempo que pasa desde el inicio de la enfermedad hasta que aparecen los primeros síntomas.
El diagnóstico biológico es sencillo realizarlo mediante la determinación de urea y creatinina sérica o por los hallazgos de anomalías urinarias: proteínas en orina (proteinuria) y/o hematíes en orina (hematuria).
La medida más exacta para medir la función renal es el aclaramiento de creatinina, para lo que se necesita recoger la orina de 24h, aunque hay fórmulas que no lo hacen necesario y se obtiene un cálculo aproximado.
Los síntomas que sugieren cronicidad son:
- Duración prolongada de los síntomas.
- Tolerancia buena de cifras elevadas de urea y creatinina.
- Manifestaciones gastrointestinales como náuseas y vómitos.
- Nicturia (emisión de orina más abundante o frecuente por la noche que por el día).
- Picor.
- Anemia.
- Dolores óseos o síntomas neuromusculares como calambres.
¿Qué le preguntará su médico?
Insuficiencia Renal Aguda
Sus causas son múltiples. Lo más frecuente es el fallo en la llegada de volumen adecuado de sangre hasta el riñón por pérdida importante de la cantidad de sangre circulante (por ejemplo en los casos de deshidratación grave o hemorragia importante) o por fallo de la bomba que lo impulsa, el corazón. En esta situación el riñón no filtra porque no tiene líquido que filtrar y las toxinas se acumulan por falta de circulación a través de la “depuradora”.
Otra causa de insuficiencia renal aguda son las enfermedades que dañan directamente el tejido renal y alteran su función.
También las lesiones que producen la obstrucción al flujo de salida de la orina de forma bilateral tienen como consecuencia el acumulo de ésta y la disminución de la filtración.
Tratamiento
Insuficiencia Renal Aguda
En este caso el tratamiento estará encaminado principalmente a resolver el problema originario del fallo renal. Mientras esto se consigue se ponen en marcha una serie de medidas para mantener “artificialmente” el equilibrio interno del enfermo. A veces es suficiente con la utilización de ciertos fármacos que ayudarán al riñón a recuperarse o mejorar al menos su función, pero en los casos más graves será necesario sustituirle completamente mediante una “depuradora” artificial o máquina de diálisis.
Pronóstico
La evolución y el pronóstico de la insuficiencia renal aguda dependerán fundamentalmente de la causa que la ha producido.
Medidas preventivas
Es posible prevenir un importante porcentaje de casos de Insuficiencia renal Crónica (IRC) mediante algunas medidas:
- Control de las infecciones.
- Conocimiento del efecto dañino sobre el riñón de determinados medicamentos.
- Prevención de la insuficiencia renal aguda.
- Control de la hipertensión arterial.
- Control del colesterol.
- Control de los desórdenes metabólicos de la diabetes.
Para prevenir la progresión de la IRC, además de las medidas anteriores, es conveniente:
- Tratamiento de la enfermedad sistémica de base (Lupus eritematoso sistémico, Vasculitis, etc.).
- Dieta hipoproteica.
- Control periódico de la creatinina sérica.
En la actualidad, los enfermos cuya insuficiencia renal crónica progresa hasta la fase final son cada vez más añosos y, cada vez más, los principales factores responsables parecen ser la hipertensión arterial y la diabetes mellitus (muy a menudo asociados), después de años y años de evolución. Aquí hay un importante campo de actuación preventiva.
En un estudio publicado en una prestigiosa revista de medicina (The Lancet) se comenta que los suplementos de vitamina E pueden ser eficaces en los pacientes en diálisis con enfermedad cardiovascular para reducir la probabilidad de infarto de miocardio.
Control de las infecciones
En las unidades de diálisis, la transmisión por contacto juega un papel muy importante para la transmisión de enfermedades, siendo las manos contaminadas del personal sanitario las transmisoras a otro paciente, a la piel o por el acceso a la sangre mediante una punción.
Es importante la higiene de manos, el uso de guantes impermeables y la limpieza y desinfección de todas las superficies.
Rehabilitación
Un programa de ejercicios puede tener muchas ventajas en el paciente sometido a diálisis. Físicamente, es útil para la anemia, mejora la tensión arterial, la fuerza muscular y ósea, control del peso y del sueño. Psicológicamente, disminuye la ansiedad y mejora la autoestima. Consulte con su médico qué tipo de ejercicio es el más adecuado para usted y la intensidad del mismo.
Si se encuentra sometido a hemodiálisis, en algunos centros se pueden realizar diferentes ejercicios, ya que disponen del material necesario para realizarlos.
Información relacionada
Enlace a la guía de Diálisis Peritoneal
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Autor(es): Luis Maita, Obra: Insuficiencia renal, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/enfermedades/enfermedades-renales/insuficiencia-renal
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