En este artículo, exploraremos en detalle las neoplasias del aparato genital femenino, sus causas, factores de riesgo y síntomas. También discutiremos los métodos de diagnóstico, opciones de tratamiento y medidas de prevención disponibles para estas enfermedades.
Neoplasias del aparato genital femenino
La neoplasia es un término que se usa en medicina para designar a un tejido o masa anormal que crece de una manera descontrolada al multiplicarse a un ritmo superior a lo normal, estas pueden ser benignas o malignas dependiendo la manera en que comporten y que estén afectando a la persona. En el aparato genital femenino pueden aparecer distintas neoplasias:
Cáncer de útero
El cáncer de útero, también conocido como cáncer de endometrio, es un tipo de neoplasia que se origina en las células del revestimiento interno del útero, conocido como endometrio. Es uno de los cánceres ginecológicos más comunes en las mujeres.
Denominamos hiperplasia endometrial a una respuesta anormal de crecimiento que se produce en la mucosa endometrial. Según el grado de alteración en su forma, podemos distinguir:
- Hiperplasia simple
- Hiperplasia adenomatosa
- Hiperplasia atípica
Este es el orden de frecuencia en que degeneran a “cáncer de útero”. La asociación entre hiperplasia y cáncer endometrial es real.
En el cáncer de endometrio, no suele haber transformación en el tamaño ni forma del útero.
Leiomioma
Los leiomiomas o miomas uterinos son tumores del tejido muscular del útero, de características benignas y que dependen de la presencia de hormonas sexuales femeninas (estrógenos) para su crecimiento. Su aumento de tamaño se suele producir entre los 30 y 45 años, disminuyendo en el periodo postmenopausia.
Carcinoma de cérvix uterino
También denominado cáncer de cuello uterino. Está estrechamente relacionado con la infección por el virus del papiloma humano (VPH), que se transmite principalmente a través de relaciones sexuales. El VPH puede causar cambios en las células del cuello uterino que, si no se tratan, pueden convertirse en cáncer.
El tipo más frecuente es el carcinoma de células escamosas.
Neoplasia de ovario
El 90% son de tipo epitelial, aumentado la malignidad con la edad. Los cistoadenomas, de carácter benigno, excepcionalmente se malignizan. La mayoría de los casos se encuentran en estadios muy avanzados cuando se realiza un diagnóstico. Se cree que el uso de anticonceptivos orales y el embarazo tendrían un efecto protector.
Síntomas
Leiomioma
Se presentan como una hemorragia menstrual anormal o muy abundante, sensación de pesadez en la mitad inferior del abdomen y secreción vaginal.
Si el sangrado producido por el mioma es muy abundante, puede aparecer anemia que deberá ser tratada. Durante el embarazo, un mioma puede complicar el parto, provocar abortos repetidos e incluso presentaciones anómalas del feto.
Carcinoma de cérvix uterino
La mayoría de las veces no produce ningún síntoma.
Los síntomas asociados son: sangrado vaginal intermitente sin relación con el ciclo menstrual, leucorrea o flujo vaginal sanguinolento, dolor en flancos o piernas por un mecanismo de compresión de estructuras nerviosas, molestias y/o sangrado al orinar y sangrado rectal.
Neoplasia de ovario
Sus síntomas son inespecíficos y tardíos en la evolución del tumor. Puede aparecer una masa en el abdomen con o sin dolor, un sangrado moderado en el periodo entre ciclos menstruales y/o ascitis o acumulo de líquido en la cavidad del abdomen.
Cáncer de endometrio
Su evolución puede ser asintomática.
El síntoma más frecuentemente asociado es un sangrado vaginal intermenstrual en las mujeres premenopáusicas (metrorragias) o una hemorragia uterina en una mujer posmenopáusica.
Cáncer de vulva
El síntoma inicial es el prurito vulvar, siendo frecuente el uso de remedios caseros antes de acudir al médico unos meses después del inicio de los síntomas.
Es asintomático en un 70% de los casos. La mayor afectación es en los labios menores, cerca de la horquilla y del periné.
El síntoma más frecuente es el prurito vulvar. Otros síntomas son el dolor, la hemorragia, la sensación de tumor o úlcera, leucorrea sucia o sanguinolenta o molestias en la micción.
Factores de riesgo
Carcinoma de cérvix uterino
Es más frecuente en mujeres entre 50 y 55 años de edad. El cáncer de cérvix representa a nivel mundial el 15% de todos los cánceres originados en el aparato genital de la mujer. La mayor incidencia de carcinoma in situ (localizado) está entre 25 y 30 años. Está relacionado con el inicio precoz de las relaciones sexuales y de múltiples compañeros sexuales. Se cree que existe un factor infeccioso que actúa como desencadenante (herpes virus, papiloma virus.). Existe una posible relación con el uso de anticonceptivos orales (altas dosis de estrógenos) que no ha sido demostrada.
Existen una serie de factores de riesgo de padecer cáncer de cuello uterino:
- Inicio de relaciones sexuales antes de los 18 años.
- Promiscuidad sexual.
- Antecedentes de enfermedades de transmisión sexual (herpes genital, papilomas)
- Múltiples embarazos.
- Tabaco.
- Inmunosupresión.
- Nivel socioeconómico bajo.
Neoplasia de ovario
Es el tumor ginecológico (no incluyendo el cáncer de mama) que mayor número de muertes produce en un año. La mayoría de los casos aparecen sobre los 55-60 años. Su incidencia y mortalidad han ido aumentando en los últimos 50 años.
Cáncer de endometrio
Es el tumor ginecológico más frecuente, excluyendo el carcinoma de mama, en los países desarrollados. La edad media de presentación está entre los 60 y los 70 años, aunque cualquier mujer puede desarrollar una hiperplasia de endometrio y un carcinoma. La existencia de un estímulo estrogénico mantenido no contrarrestado por gestágenos es aceptada en general como causa de la enfermedad en un 50-60% de los casos de cáncer de endometrio.
Existen factores de riesgo que pueden aumentar su frecuencia de aparición: edad avanzada, obesidad, hipertensión, diabetes, hemorragia disfuncional, menopausia tardía (mayores de 55 años), por una situación de hiperestrogenismo, incluyendo el tratamiento hormonal sustitutivo (sin el uso de gestágenos asociados), anovulación e infertilidad.
Cáncer de vulva
La edad media es de 70 años, siendo el 95% de los casos en mujeres postmenopáusicas.
Son factores de riesgo las infecciones de transmisión sexual, sobre todo el virus del condiloma y el herpes virus simple, el tabaquismo, la promiscuidad sexual, el inicio precoz de las relaciones sexuales y la inmunosupresión (mujeres trasplantadas).
Diagnóstico
Leiomioma
Se utilizan métodos diagnósticos como la ecografía ginecológica (siendo la transvaginal de elección), la tomografía computarizada (TC), y la RMN (resonancia magnética nuclear). Se debe de diferenciar de otras masas de la cavidad abdominal que pudieran tener un componente maligno (tumores malignos de endometrio, un tumor ovárico, un sarcoma uterino).
Cáncer de cérvix o cuello uterino
Se realiza mediante:
Citología: estudia las células procedentes del cuello del útero, para ver si son malignas. Es muy efectiva en el diagnóstico precoz de las lesiones, si las mujeres se realizan las citologías de forma periódica.
Colposcopia: consiste en visualizar interiormente la vagina y el cuello del útero, mediante sistema óptico.
T.A.C.: (tomografía axial computarizada): para realizar estudio de extensión.
Neoplasia de ovario
Los métodos diagnósticos de elección son la ecografía abdominal (inicialmente), el TAC y/o la resonancia magnética nuclear del abdomen. La laparotomía es necesaria para el diagnóstico y el estadiaje. Menos útiles para su diagnóstico, pero sí para el seguimiento y detección de recidivas tras su tratamiento, son los marcadores tumorales (CA 125, CA 19.9).
Cáncer de endometrio
En mujeres con factores de riesgo, se debe de realizar una ecografía vaginal para valorar el grosor del endometrio. La biopsia endometrial se realizará en caso de existir una hiperplasia del endometrio.
En caso de existir sintomatología, se debe de realizar una biopsia del endometrio por aspirado endometrial o por una histeroscopia dirigida para descartar la presencia de un tumor maligno.
Cáncer de vulva
La mayoría se diagnostican en estadios avanzados. Siempre se debe de realizar una biopsia.
Prevención
La prevención de neoplasias del aparato genital femenino es de suma importancia para la salud de las mujeres. Aquí hay algunas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de desarrollar neoplasias en el aparato genital femenino:
- Vacunación contra el VPH: El virus del papiloma humano (VPH) es una de las principales causas de neoplasias en el aparato genital femenino, incluyendo el cáncer de cuello uterino. La vacuna contra el VPH puede ayudar a prevenir la infección por los tipos de VPH más comunes y reducir el riesgo de desarrollar neoplasias relacionadas con el VPH.
- Pruebas de detección regulares: Es importante someterse a pruebas de detección regulares, como la prueba de Papanicolaou y la prueba de VPH, según las recomendaciones médicas. Estas pruebas pueden detectar cambios precancerosos o tempranos en las células del cuello uterino o la vagina, lo que permite un tratamiento temprano y reduce el riesgo de desarrollar neoplasias.
- Uso de preservativos: El uso correcto y constante de preservativos durante las relaciones sexuales puede ayudar a reducir el riesgo de infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VPH y otras infecciones que pueden aumentar el riesgo de neoplasias.
- Evitar el tabaquismo: Fumar aumenta el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de cuello uterino y el cáncer de vagina. Dejar de fumar o no comenzar a fumar en primer lugar puede ayudar a reducir el riesgo de neoplasias.
- Mantener una buena higiene íntima: Mantener una buena higiene íntima, como lavarse adecuadamente y evitar el uso de productos irritantes o perfumados, puede ayudar a prevenir infecciones y reducir el riesgo de neoplasias.
Tratamiento
Leiomioma
El tratamiento dependerá de la edad de la paciente y de su deseo de tener hijos. Si es una paciente en edad fértil, se puede intervenir extirpando sólo los miomas con un pequeño riesgo de recidivas. Las otras opciones son el tratamiento farmacológico para suprimir la producción hormonal y la histerectomía total con la extirpación del útero.
Carcinoma de cérvix uterino
Su tratamiento es inicialmente quirúrgico, siendo la intervención más o menos agresiva (histerectomía radical con linfadenectomía con resección vaginal parcial/ conización o resección local del cuello uterino) permitiendo a mujeres jóvenes poder mantener su función ovárica. En casos muy avanzados, la radioterapia es el tratamiento de primera elección.
Neoplasia de ovario
El tratamiento inicial es quirúrgico, extirpación de la masa ovárica y revisando la cavidad abdominal para asegurarse que no existen implantes en otras localizaciones. La quimioterapia se utiliza con frecuencia como coadyuvante o tratamiento de apoyo a la cirugía.
Cáncer de endometrio
El tratamiento de elección es quirúrgico, realizándose una resección del útero, de los dos ovarios, de los ganglios linfáticos pélvicos ilíacos afectados, y con muestras de tejidos adyacentes para ver su afectación (histerectomía total con doble salpingooforectomía y linfadenectomía ilíaca selectiva).
La radioterapia se utiliza como tratamiento coadyuvante.
Cáncer de vulva
El tratamiento es la resección quirúrgica de la lesión, reservándose la vulvectomía superficial para lesiones más extensas. Se ha propuesto el uso del 5-fluorouracilo o del interferón como tratamientos coadyuvantes para disminuir las lesiones.
Enlaces destacados
Likes WM, Russell C, Tillmanns T, 2008, Women's experiences with vulvar intraepithelial neoplasia, J Obstet Gynecol Neonatal Nurs, 10.1111/j.1552-6909.2008.00291.x, https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19012714/
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Autor(es): Luis Maita, Obra: Neoplasias del aparato genital femenino, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/mujer/neoplasias-del-aparato-genital-femenino
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