Con estas nociones mínimas acerca de qué es la psiquiatría, de sus objetivos diagnósticos y terapéuticos, y de lo que la asemeja y la diferencia del resto de las especialidades médicas, puede surgir la duda de sí un allegado, o uno mismo, necesitaría acudir a un psiquiatra o algún centro de salud mental. Por eso hoy te comentamos cómo y cuándo acudir a un centro de salud mental y los tipos de centros que existen.
¿Cómo y cuándo acudir a un centro de salud mental?
Para poder formularse esta pregunta y contestarla, es posible que algunas personas tengan que vencer prejuicios que, en grado variable, persisten todavía en la sociedad acerca de la psiquiatría. El primer prejuicio tiene que ver con la supuesta marca o estigma que puede recaer sobre las personas que acuden a un psiquiatra, y que provoca que algunas se avergüencen de decir en su entorno; que acuden a un psiquiatra, por miedo a ser ridiculizados o criticados con cualquier tópico al uso acerca de los pacientes mentales como si todos estuviesen “locos”.
La gente, no obstante, es cada vez más consciente de que los psiquiatras tratan a muchos pacientes que para nada han perdido el contacto con la realidad (que es lo que en términos coloquiales se denomina “locura”) y de que, en todo caso, es absurdo permanecer sufriendo cuando existe alivio al alcance de la mano para unos síntomas psicológicos concretos.
Es verdad que hay diagnósticos que, hoy por hoy, gozan de más aceptación o “prestigio” que otros en el público general. Por ejemplo, no parece verse de la misma manera a una persona que dice padecer “depresión”, que otra que padece una “psicosis”, pero esta percepción, puede ser muy engañosa porque hay depresiones de muchos tipos, algunas de las cuales pueden ser graves y duraderas, y ciertas psicosis desaparecen en poco tiempo con tratamiento, no dejan secuelas y no vuelven a aparecer nunca más.
Otro temor que algunos tienen que vencer antes de decidirse a acudir a un psiquiatra es la tendencia a pensar que si uno necesita ayuda psiquiátrica es porque ha fracasado como persona (preocupación que no suele ser tenida en cuenta cuando uno visita al médico de cabecera o al cardiólogo).
Personas del más alto valor social e interés humano presentan, temporal o persistentemente, problemas mentales y están en tratamiento con psiquiatras. Cuando es necesaria, la visita al psiquiatra debe plantearse exactamente en los mismos términos que la visita a cualquier otro médico especialista.
¿Cómo acceder a un servicio de psiquiatría en España?
Si se ha considerado conveniente acudir a un psiquiatra, se puede plantear la duda de cómo acceder a él. La sanidad pública española presta atención psiquiátrica y de salud mental a través de áreas o distritos de salud, dentro de los cuales se suele tener acceso a todos los especialistas médicos y no médicos.
Con una denominación que puede variar en las distintas Comunidades Autónomas, los Centros de Salud Mental tienen una circunscripción geográfica concreta y se accede a ellos mediante demanda directa o a través de los médicos de familia o cabecera; en estos centros se lleva a cabo las consultas ambulatorias de psiquiatría, la asistencia psicológica, las psicoterapias etc.
El Área de Salud estará también adscrita a un Hospital General con un Servicio de Urgencias Psiquiátricas y una Unidad de Hospitalización para Pacientes Agudos, en el cual se llevan a cabo los ingresos psiquiátricos en caso de ser necesarios; en algunos hospitales también hay: consultas, hospital de día, etc. Además, en cada área puede haber otros centros especializados, como Hospitales Psiquiátricos de Día, Unidades de Deshabituación Alcohólica, Centros para Drogodependencias, etc.
Primera vez al psiquiatra
Si se tiene intención de solicitar ayuda psiquiátrica en el ámbito público por vez primera, puede hacerse mediante el médico de cabecera, a través del cual se obtendrá consulta en el centro de salud mental correspondiente e información sobre las prestaciones psiquiátricas disponibles. En un caso de urgencia puede decidirse también acudir directamente al hospital.
Por supuesto, también se puede acudir a la consulta de un psiquiatra privado o a cualquier otro dispositivo psiquiátrico privado. En ese caso, hay que informarse en el listado de servicios médicos de la compañía médica contratada, a través del médico de cabecera o de otro médico que se conozca, en asociaciones de pacientes psiquiátricos o de familiares de pacientes psiquiátricos que existan en la comunidad o – lo cual es muy frecuente- a través de pacientes que han sido tratados por un profesional o dispositivo concreto.
Otra forma de acudir por primera vez a un psiquiatra es a través de otro médico que le atendió primero y que, después de estudiar su caso y realizar las exploraciones complementarias pertinentes, considera que la naturaleza de sus quejas puede ser psiquiátrica.
Como se ha dicho, esto no significa en absoluto, como algunos pacientes pueden pensar, que el primer médico “le tacha de loco”, o que considere que sus problemas sean sólo “psicológicos” o “inventados” sino simplemente que piensa que el tratamiento será abordado mejor por un médico psiquiatra que por otro especialista. En estos casos, aunque se han de pedir todas las explicaciones pertinentes, si no se han recibido, es aconsejable confiar en el primer médico porque es muy probable que la visita esté justificada, aunque uno no crea que la necesita ni se encuentre “psíquicamente mal".
Psicólogo o psiquiatra
En ocasiones una persona decide acudir a una consulta por “molestias psíquicas” y se le plantean dudas acerca de si le conviene acudir en primera instancia a un psiquiatra, o más bien a un psicólogo, psicoterapeuta, etc.
Un psiquiatra es un médico especializado en psiquiatría, es decir, un médico que después de acabar la carrera de medicina accedió a una plaza para formarse como psiquiatra, y obtuvo finalmente un título que le autoriza a ejercer como especialista. Actualmente, para conseguir dicho título, el sistema vigente en España pasa por aprobar el examen para médicos internos y residentes M.I.R. de hospital, tras el cual se lleva a cabo cuatro años de especialización, en los que el médico trabaja como psiquiatra, con la supervisión de otros psiquiatras titulados.
Como médico, además de los trastornos psiquiátricos, el psiquiatra está capacitado para considerar otras posibles enfermedades médicas que el paciente sufra (hay enfermedades infecciosas, neurológicas, endocrinas, etc. que pueden cursar con síntomas psiquiátricos), para recetar psicofármacos y otros medicamentos si son necesarios, y para entender las complicadas interacciones que se producen entre los distintos medicamentos. Por su formación, el psiquiatra está en disposición de comprender y de integrar mejor las repercusiones de las enfermedades mentales en el resto de los problemas médicos del cuerpo y viceversa.
El resto de los profesionales de salud mental no son médicos, y sólo pueden emplear las formas de tratamiento denominadas psicoterapias de distinta orientación (psicoanalíticas, cognitivo-conductuales, o de otros tipos) o socioterapias. Si, como es habitual, un psiquiatra ha realizado formación psicoterapéutica, además de medicar, puede también puede realizar psicoterapia.
Cuando se debe acudir a un psiquiatra
Una vez superados los prejuicios contra la psiquiatría. ¿Qué síntomas o experiencias aconsejan acudir a un psiquiatra?. Una persona que presente en alguna ocasión algún síntoma psiquiátrico no debe necesariamente ir al psiquiatra. Muchos síntomas psiquiátricos son normales en algunos momentos o situaciones, son autolimitados y no ocasionan al paciente un deterioro funcional significativo.
Por ejemplo, la ansiedad ante los exámenes, que no impide prepararlos ni llevarlos a cabo; la tristeza tras el fallecimiento de un ser querido, que no bloquea el desarrollo de las actividades cotidianas; o las alucinaciones fugaces sin otros síntomas acompañantes que se producen justo al quedarse dormido o en el momento de despertarse (denominadas respectivamente alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas), pueden ser motivo de consulta al médico de cabecera, pero no suelen requerir atención especializada. Sin embargo, en determinadas situaciones, hasta las emociones normales pueden hacerse más graves o duraderas de lo normal y desbordar a un individuo, en ese caso, podría sin duda beneficiarse de un tratamiento psiquiátrico.
Ante un mismo acontecimiento traumático (por ejemplo una inundación o un incendio, etc.), no todo el mundo reacciona con el mismo nivel de ansiedad, y hay personas que puede necesitar ayuda psiquiátrica. Cuando la vivencia de estar continuamente triste dura varias semanas y, especialmente, cuando no existe una causa que la justifique, acudir a un psiquiatra es una buena idea.
La incapacidad manifiesta para desarrollarse satisfactoriamente en alguna área de su vida, como el de las relaciones sentimentales, el mundo laboral, el trabajo, la capacidad de tener amigos y de disfrutar con ellos, etc., puede sugerir un trastorno de la personalidad que podría beneficiarse también de una consulta psiquiátrica.
Otra razón podría ser que la gente con la que se convive esté sistemáticamente a disgusto o infeliz cuando lo trata, circunstancia que puede darse en varios trastornos de la personalidad, en los trastornos hipomaníacos (en los cuales se está siempre excesivamente eufórico y con tendencia al enfado si lleva la contraria a los planes o ideas propias) o en el denominado trastorno por hiperactividad y déficit de atención en niños que se muestran constantemente inquietos, no atienden en clase y “sacan de quicio” a padres y maestros.
Justifica también una visita al psiquiatra:
- Haber experimentado las denominadas crisis de angustia o ataques de pánico (las personas que padecen estas crisis acuden generalmente antes al médico de cabecera o a las urgencias del hospital).
- Tener miedo a realizar actividades que el resto de la gente desarrolla sin problemas, como ir a grandes almacenes, ir en metro, etc.
- Tardar demasiado tiempo en desarrollar ciertas actividades y repetirlas constantemente a lo largo del día (lavarse las manos o ducharse)
- Tener problemas importantes y persistentes con la alimentación o con el sueño.
- Pensar seriamente en el suicidio como alternativa a una situación o a los problemas propios.
- Consumir drogas o alcohol en exceso.
- Experimentar vivencias angustiosas y extrañas que no se explican bien.
- Oír cosas que los demás no parecen oír, o ver cosas que los demás no ven, etc...
Por último, puede que tras acudir numerosas veces al médico general con la convicción de padecer una enfermedad importante, o sufriendo fuertes dolores u otros síntomas, este no encuentre ninguna causa conocida que permita explicarlos y considere necesaria la intervención de un psiquiatra (lo cual no significa que los dolores o los síntomas no existan, ni que el médico crea que el paciente está “loco”) sino que interviene factores psicológicos o sociales que podrían ser mejor atendidos por un psiquiatra.
Una persona que se identifique con alguno de estos problemas, debe considerar la visita a un psiquiatra en un centro de salud mental porque si padece un problema psiquiátrico tratable (y muchos lo son hoy día), puede encontrar un alivio notable a su situación. Si se ha comenzado a sentir mal recientemente, puede darse un tiempo razonable (2 o 3 semanas) para comprobar si en ese periodo de tiempo se siente mejor o no, sin tratamiento. En caso de no ser así, la visita al médico debe contemplarse.
¿Cómo es una consulta de Salud mental?
Algunas personas temen que acudir a un psiquiatra consista en una visita de corta duración, tras la cual le recetarán a uno pastillas que producirán efectos secundarios y que eso será todo. Evidentemente, eso no es una visita psiquiátrica ideal. En todo caso, el psiquiatra es un profesional que se propone aliviar el sufrimiento psíquico, y la persona que acude a consultarle puede, y debe, expresarle cualquier temor o duda respecto de los posibles tratamientos y sus efectos secundarios; en la medida de lo posible el psiquiatra resolverá cualquier problema en este sentido (y preguntarle siempre es mejor opción que la de abandonar el tratamiento sin instrucciones médicas).
Tras haber expuesto algunas cuestiones que pueden provocar dudas o ansiedad antes de la primera consulta con el psiquiatra, se exponen a continuación algunas aclaraciones acerca de lo que sucede en la primera cita; con el psiquiatra, y de las expectativas que se pueden tener al respecto.
En primer lugar, cabe esperar que el psiquiatra se muestre como una persona cortés con el paciente, que se interese por su caso particular, y que haga las suficientes preguntas al paciente como para poder llegar a un diagnóstico; el paciente ha de tener la oportunidad en esta entrevista de expresar todo lo que le preocupa, tanto acerca del problema que le llevó a consultar, como del diagnóstico o del tratamiento que le proponen.
El psiquiatra ha de exponer el diagnóstico y las opciones de tratamiento de una forma comprensible al paciente, así como la duración previsible del tratamiento, y lo que el paciente puede esperar de él. En ocasiones no es posible llegar a un diagnóstico definitivo en la primera cita y pueden ser necesarias más de una entrevista para ello; no obstante, después de una primera entrevista completa con un psiquiatra, este suele poder dar una formulación aproximada del problema y, en su caso, instaurar un tratamiento que alivie las principales quejas.
El paciente, por su parte, debe cumplir algunos requisitos, como acudir puntualmente a la cita, llevar consigo la información disponible como informes médicos o análisis recientes, los tratamientos que esté tomando actualmente (especialmente los psicofármacos), las dosis, y cualquier otra información de interés médico.
Relación médico-paciente en psiquiatría
Es importante mantener unas expectativas realistas ante la visita a un psiquiatra. La relación médico-paciente, que es relevante en todas las especialidades médicas, es fundamental en psiquiatría. Esta relación puede ser muy íntima y especial, y aunque se parezca a otro tipo de relaciones personales que se dan en la vida diaria, tiene una característica que la hace única: dicha relación, en sí misma, debe ser utilizada terapéuticamente.
Esta peculiaridad, sin embargo, confiere a la relación algunos elementos que pueden parecer extraños o desconcertantes a ciertos pacientes; por ejemplo, habitualmente el psiquiatra no proporciona mucha información acerca de su vida personal.
El paciente, por otro lado, puede presentar sentimientos positivos o negativos más o menos inesperados ante algunas características personales del psiquiatra (es probable que ello se deba a la llamada transferencia emocional entre el paciente y el médico, un aspecto clave de la relación médico enfermo).
En psiquiatría, más que en ninguna otra especialidad de la medicina, el paciente tiene no sólo el derecho, sino la obligación de expresar sus sentimientos, dudas o quejas; es función del psiquiatra ayudar a descubrir en ellos aspectos provechosos para el paciente, para la relación médico-paciente y para el tratamiento.
Otra consideración realista es la de ser consciente de que los problemas psiquiátricos pueden tardar tiempo en desaparecer. Una vez instaurado el tratamiento, la rapidez y el grado de recuperación esperables en un caso concreto varían en función del diagnóstico y del tratamiento. El psiquiatra siempre podrá aclarar cualquier duda al respecto.
Psiquiatría y medicina alternativa
La medicina tradicional que se practica en los países occidentales se basa en el método científico. La validez de una teoría se determina mediante la experimentación. El término medicina alternativa se usa para referirse a distintas formas de tratamiento o prevención de enfermedades cuyos métodos y eficacia no se basan en el conocimiento médico convencional.
Las medicinas alternativas suelen enfocar el tratamiento del paciente como un todo, en lugar de centrarse en un trastorno o enfermedad concreta. La necesidad de ver al paciente en su conjunto y de considerar el impacto de los factores sociales, ambientales y del estilo de vida en la enfermedad no son conceptos nuevos en psiquiatría. Sin embargo, de entre todas las modalidades terapéuticas alternativas, sólo la hipnosis y la biorretroalimentación se han incorporado a la psiquiatría general.
Las terapias médicas alternativas disfrutan de mucha popularidad; una de cada tres personas utiliza en algún momento este tipo de terapias para tratar dolencias comunes, entre ellas la ansiedad y la depresión. Algunas organizaciones sanitarias comienzan a aceptar el pago de algunas terapias alternativas. Aunque algunas explican esta decisión como consecuencia de la presión social y de la aparente eficacia en algunos trastornos, otros expertos subrayan la existencia también de motivaciones económicas porque la medicina alternativa suele ser más barata que la convencional. En los últimos tiempos, algunas terapias alternativas han sido objeto de investigación científica con resultados variables.
Aunque no deben juzgarse a la ligera y considerar ineficaces técnicas que, en algunos casos, datan de siglos de antigüedad, parece razonable, mientras no exista una evidencia científica suficiente, contemplar estas técnicas con sano escepticismo en el contexto de la medicina occidental.
En todo caso, no hay fundamentos para solicitar indiscriminadamente tratamientos alternativos que no estén probados científicamente y que pueden ser ineficaces o peligrosos. La medicina convencional considera que una buena parte de la eficacia atribuible a muchas terapias alternativas es debida al poder de la sugestión. En la actualidad, algunas Facultades de Medicina enseñan terapias alternativas.
Alternativas para la salud mental
Algunos de los métodos de prácticas médicas alternativas que ofrecen soluciones psicológicas son:
- Acupuntura - Esta técnica se aplica a enfermedades como el insomnio, la ansiedad, la depresión y el abuso de sustancias. En alguna de estas patologías se ha estudiado su utilidad científica con resultados variables.
- Homeopatía - No hay evidencia científica de la eficacia de las técnicas homeopáticas en trastornos psiquiátricos definidos.
- Aromaterapia - La aromaterapia se utiliza para reducir el estrés, y para evocar sensaciones, recuerdos y emociones durante la psicoterapia. No se ha estudiado científicamente su utilidad en la patología psiquiátrica.
- Masaje - La mayoría de las personas consideran que el masaje ejerce una función recuperadora, mental y física. No se ha estudiado su utilidad científica en la patología psiquiátrica.
- Meditación - El trance de la meditación produce efectos fisiológicos, todos ellos asociados a la ausencia de ansiedad. Aunque no hay estudios científicos suficientes en patología psiquiátrica, la evidencia clínica sugiere la utilidad de su efecto ansiolítico.
- Reiki - Se emplea para el tratamiento de todo tipo de trastornos, tanto físicos como mentales, pero su efecto más inmediato es una considerable reducción del estrés. No se ha estudiado científicamente
- Terapia del color - Se basa en la creencia de que los distintos colores afectan al humor. No existe evidencia científica de su utilidad en la patología psiquiátrica.
- Terapia Lumínica - La terapia con luz brillante artificial es un método probado para el tratamiento del trastorno depresivo de patrón estacional, que se presenta durante el invierno, cuando las horas de luz solar son más escasas. Hay evidencia científica de su utilidad y se ha introducido como tratamiento regular de la depresión en algunos lugares.
Tipos de centros de salud mental
Un Centro de Salud Mental (CSM) es un dispositivo para pacientes ambulatorios que atiende en primer término las consultas clínicas, rehabilitación y reinserción en Psiquiatría y Salud Mental correspondientes a un distrito o área geográfica determinada. El CSM realiza también tareas encaminadas a la prevención de las enfermedades mentales y la potenciación de la Salud Mental.
El CSM es la cabecera del circuito asistencial de psiquiatría y su puerta de entrada y de salida. En las distintas Comunidades del estado español los CSM pueden llevar una denominación diferente.
¿Qué otros dispositivos de atención psiquiátrica existen?
Hospital de día
Es un dispositivo de hospitalización parcial que se sitúa a medio camino entre el Centro de Salud Mental o CSM y la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica, y que contribuye a evitar o acortar los ingresos hospitalarios y facilita la rehabilitación del paciente y su integración en el medio sociofamiliar. El acceso al Hospital de Día se realiza siempre a través de los CSM, tanto si procede de estos como de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica.
Unidad de hospitalización psiquiátrica breve (UHP)
Situada en el hospital general o en el hospital psiquiátrico, la UHP atiende garantiza la hospitalización breve de pacientes que requieren niveles de intervención elevados. Atiende, por tanto, situaciones que no pueden ser contenidas en los dispositivos antes mencionados. El acceso normal se realiza desde el CSM, salvo en situaciones de urgencia que se realiza desde la urgencia del propio hospital que comunica posteriormente al CSM dicho ingreso.
Centros de rehabilitación residencial
Son centros encargados de proseguir el tratamiento y la rehabilitación de aquellos pacientes que no han podido ser reinsertados socialmente tras haber recibido la ayuda terapéutica correspondiente. Algunas Unidades Psiquiátricas de Media Estancia tienen este carácter.
Otros centros de salud mental
En función de la organización y especialización de los servicios psiquiátricos de cada centro de salud mental, se dispone también de otros dispositivos específicos como las Unidades para Deshabituación Alcohólica, las Unidades para la Desintoxicación de Toxicomanías, las Unidades para Trastornos de la Alimentación, las Unidades para Hospitalización; Infanto-juvenil, etc. Los CSM y los dispositivos de Asistencia Social del Distrito son los lugares naturales en los que recibir información de acerca de estos y de otros recursos psiquiátricos asistenciales, así como de solicitar en su caso atención en ellos.
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Autor(es): Claudia Tecglen, Obra: Cuando acudir a un centro de salud mental, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/salud-mental/cuando-acudir-a-un-centro-de-salud-mental
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